Qué pasaría en el mundo si China creciera al 4%

Johngo

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El año 2015 cerró con una suba del PIB del 6,9%, la menor de los últimos 25 años. Pero a principios de enero, los mercados chinos tuvieron un desplome que sembró el pánico

Para que una película de terror sea exitosa, hacen falta dos condimentos: que las situaciones más tenebrosas puedan afectar a cualquiera y que el miedo aparezca en el momento menos esperado. En el caso del informe que publicó recientemente el banco UBS sobre un escenario catástrofe para la economía china, ambos elementos están más que presentes.

Si, como modeliza la entidad suiza, el crecimiento del PIB chino cayera al 4%, las consecuencias obligarían a buena parte del resto del mundo a agarrarse a sus butacas y a soportar el susto que los invadiría.

¿Por qué el UBS elabora un escenario en el que la economía china puede seguir desacelerándose de manera tan brutal? Los datos oficiales dieron cuenta que el año 2015 cerró con una suba del producto bruto del 6,9% anual, dato que representa el menor crecimiento desde principios de los años 1990. Pero perforar el piso del 7% fue una señal para los mercados financieros internacionales de que habrá turbulencia en el camino que China tiene que recorrer durante el año 2016. Y, de hecho, ya la primera semana de enero mostró las escenas iniciales de pánico: la caída del 7% del índice bursátil chino CSI 300 encendió las alarmas de todos, incluida la Argentina.

En tren de meter miedo, los analistas del UBS se encargaron de evaluar las consecuencias mundiales de esta suba del 4%. Se puede argumentar que el informe que publicaron aclara que esta estimación es "extremadamente poco probable", y que el banco apuesta a un crecimiento un poco por debajo del consenso de expertos, que espera un incremento del PIB del 6,2% en 2016 y del 5,8% en 2017. Pero la duda ya fue sembrada y, ya sea para cubrirse en caso de que efectivamente China se desplome durante este año, o para generar una cierta inquietud entre sus clientes y llamar la atención del resto del mercado.

América Latina muy afectada

En cuanto a qué podría suceder, el informe del UBS indica que la primera consecuencia sería interna: el mercado inmobiliario chino se hundiría y se pincharía la burbuja especulativa que todavía hoy existe; aumentarían las quiebras entre las pymes y el nivel de deudores incobrables por una falta de crédito; habría una fuga de capitales de los mercados chinos y el yuan se vería muy presionado por la situación anterior.

En definitiva, el gobierno debería intervenir masivamente para sostener la moneda y la economía, evitar una escalada de quiebras masivas y un corte de la cadena de pagos, así como un derrumbe bursátil histórico. Los recursos de que dispone el gobierno son enormes, pero habría que ver de qué tamaño sería la corrida financiera.

Si los primeros en recibir la ola del tsunami serían los mismos chinos, los siguientes estarían entre sus vecinos asiáticos (Japón, Corea del Sur, Tailandia y Malasia entrarían en recesión, mientras que Australia se estancaría) y, un poco más lejos, en América Latina.

Los analistas del banco calcularon que el índice MSCI World podría llegar a caer entre un 25% y un 30% si se confirmara la brutal desaceleración que modelizaron, mientras que el índice específico para los mercados emergentes se hundiría hasta un 40%.

En ese sentido, las brutales caídas que se darían sobre todo en Asia y América Latina se deberían a la dependencia de esas regiones respecto del gran mercado chino, comprador de las materias primas que producen y "primera correa de transmisión del debilitamiento de China", según el informe.

Es así que el UBS calcula una caída del 20% en el precio del cobre y del mineral de hierro, así como un deslizamiento en el precio del barril de petróleo hacia los u$s 25. En el caso argentino, los commodities más afectados serían, sin dudas, los agroalimentos, con la soja a la cabeza.

En cambio, para EE.UU. y Europa, la situación podría ser más benigna, medida en términos relativos. "Los países desarrollados están menos abiertos y por lo tanto son menos vulnerables a un shock externo. Además estarían menos contaminados por una contracción del sistema financiero chino debido a la débil internacionalización del yuan", afirman los analistas del UBS, quienes miden en solamente un 1% el impacto sobre los ingresos de las compañías estadounidenses.

Mientras que para las empresas europeas, menos orientadas al mercado interno, el impacto podría alcanzar entre un 5% y un 10%. Las marcas de lujo, de energía y de turismo (principalmente las aerolíneas) son las que más sufren de una caída en el consumo chino.

En cuanto a los mercados financieros internacionales, el descalabro que anticipa el UBS en este escenario los afectaría profundamente, con un incremento significativo de la volatilidad mundial y bajas importantes en las distintas bolsas, como las que se vivieron en las primeras ruedas de enero.

Al final de recorrido, la reacción de los inversores sería la de una enorme aversión al riesgo, lo que tampoco representaría una buena noticia para las necesidades de financiamiento que planteó el nuevo equipo económico del Gobierno argentino.

El problema es que si el escenario catástrofe del UBS no se cumple, tampoco se espera que la economía china vuelva a crecer arriba de los dos dígitos en el corto plazo. Porque el país se encuentra inmerso en un cambio de paradigma económico, para que el crecimiento no dependa más de la inversión, la industria y las exportaciones, sino que los motores sean el consumo interno y los servicios.

Por eso el banco Crédit Suisse indica que "China aún está en proceso de destruir la sobrecapacidad industrial, reducir su inventario de viviendas y reducir su apalancamiento, lo cual en nuestra opinión tomará años para completar".

El tercer componente de las buenas películas de terror también está presente: que el miedo permanezca latente por mucho tiempo.
 
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