Hilo de Brasil

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Moody’s decidió degradar la nota de Brasil al último grado de inversión con perspectiva estable. La decisión viene después de la ya anunciada por S&P’s hace 2 semanas cuando bajó su perspectiva a negativa
 

Johngo

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Miles de personas protestaron contra Dilma en Brasil

ECONOMÍA Y CORRUPCIÓN
Grupos de manifestantes salieron a las calles de ciudades para participar en un día de protestas antigubernamentales a nivel nacional, considerado un termómetro del descontento popular con la presidenta Rousseff.

San Pablo, la gran metrópolis de Brasil, es sin duda el epicentro de las manifestaciones de hoy, que ocurren en varias capitales del país. La Paulista, que en dimensiones puede compararse con la avenida de Mayo, mostraba por la tarde temprano unas 10 cuadras con manifestantes, en algunos lugares muy concentrados; en otros, de paseo. En el distrito federal Brasilia las manifestaciones se hicieron frente al Congreso y según estimaron los medios, hubo unas 20.000 personas.
En Río de Janeiro los convocantes eligieron Copacabana, la clásica playa carioca con su orla Atlántica. Menos numerosa que en la capital paulistana, tuvo sin embargo algo en común: los que fueron a protestar eran mayoritariamente miembros de las clases medias y medias altas.
En Salvador, la capital bahiana, la movilización tuvo un público limitado (25.000), más que en Belo Horizonte (Minas Gerais) donde la presencia del ex candidato derrotado en octubre del año pasado Aécio Neves, representó un atractivo adicional. En esta ciudad se contaron por “millares” según los organizadores que evitaron cómputos más precisos.

Convocada por Vem para Rua (Ven a la calle); Revoltados Online (Rebelados Online) y Brasil Livre, las protestas callejeras de hoy tienen apenas tres consignas: “Fuera Dilma”; “Fuera el PT” y “Lula a la cárcel”. También se han visto algunas banderas y pancartas individuales pidiendo “Juicio Político Ya”.

Esta es la primera vez que un partido de la oposición participa como convocante. Se trata de socialdemócrata PSDB, cuyo presidente Neves pidió formalmente que los simpatizantes vayan a las marchas. Sin embargo, no se vieron flamear banderas ni carteles de la oposición.
Miles de personas protestaron contra Dilma en Brasil

En día de protestas contra Dilma, el PT insiste con Lula superministro

Los movimientos opositores al Gobierno de Dilma Rousseff volvieron este domingo 16/08 a las calles, por 3ra. vez en 2015, para pedir, en 257 ciudades y localidades del país, la destitución de la Presidenta. En medio de una crisis política y económica que desestabiliza el país, los organizadores están convocando a los brasileños a protestar contra el Partido de los Trabajadores y pedir que Dilma se marche o por proceso de destitución o por casación o por renuncia. Según el grupo Ven a la Calle, una vez más se prevé que São Paulo lidere las manifestaciones, con una asistencia masiva de gente en la avenida Paulista. Es previsible que la participación popular sea inferior a la del 10/04: abundan las dudas con relación a un posible proceso de destitución de Dilma. Los brasileños están comenzando a preguntarse si la salida de Rousseff sería una buena opción, en un momento en el que ni el Gobierno ni la oposición representan perspectivas de futuro, según considera Renato Meirelles, del Instituto Data Popular. En tanto, en la prensa más cercana al PT se insiste en que Luiz Inácio Lula Da Silva debe asumir ya mismo en el gabinete de Dilma, un superministro que rescate la iniciativa política del gobierno. Urgente 24.com
 

Johngo

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En medio de la crisis, el jefe de Petrobras busca un nuevo rumbo

RIO DE JANEIRO—En febrero, cuando el banquero Aldemir Bendine asumió el mando de la atribulada estatal brasileña Petróleo Brasileiro SA, su meta a corto plazo era clara: conseguir que los auditores externos aprobaran los resultados financieros de la empresa, que para ese momento se habían pospuesto por varios meses, para evitar romper cláusulas por miles de millones de dólares en deuda.

El ejecutivo lo consiguió. La petrolera asumió cargos contables por US$20.000 millones, presentó sus estados financieros y evitó que sus acreedores pidieran el pago adelantado de sus deudas. Pese a que la compañía aún sufre por el golpe que le propinó un enorme escándalo de corrupción, las acciones subieron. Las acciones preferentes en São Paulo subieron 40% desde febrero, el momento en el que Bendine se convirtió en presidente ejecutivo, al 22 de abril, después que la compañía publicó sus resultados de 2014.

Esa resultó ser la parte sencilla.

Bendine ahora tiene la tarea de reducir la carga de deuda de la empresa, que alcanza los US$133.900 millones, lo que la convierte en la empresa de energía más apalancada del mundo. El plan es incrementar la producción petrolera a la vez que recorta inversiones y vender activos por hasta US$58.000 millones hasta 2018.

Pero con el crudo a la mitad del precio que estaba hace un año, un mercado con exceso de oferta y otras petroleras deshaciéndose de activos, los analistas creen que esas metas son una ilusión.
Reflejando esta lúgubre perspectiva, las ganancias de la acción de Petrobras se han evaporado: el lunes, sus títulos en São Paulo cerraron a 9,12 reales (US$2,63), el mismo precio que tenían cuando Bendine fue nombrado presidente ejecutivo.

Bendine, antiguo líder del estatal Banco do Brasil, no se siente presionado.

“No estamos muy ansiosos, dijo en una entrevista con The Wall Street Journal, su primera charla con la prensa extranjera en Brasil. “Vengo del mundo financiero, donde la gente es pragmática, en cierta forma práctica. Usted fija unas metas y las cumple a medida que avanza”. El ejecutivo ha recibido aplausos por sus esfuerzos para ayudar a Petrobras a comenzar a recuperarse de un grupo que según fiscales estafó y manipuló contratos, saqueando a la compañía por cerca de una década. Los auditores aprobaron los resultados financieros más recientes de Petrobras sin reservas, mientras que su ambicioso programa de reducción de activos fue aceptado pese a la resistencia de los sindicatos.

“En una escala de 1 a 10, él merece un 8 con seguridad”, dijo John Forman, un consultor petrolero de larga experiencia y ex director de la Agencia Nacional de Petróleo, sobre los resultados que Bendine ha logrado hasta ahora. Los inversionistas se mantienes escépticos respecto de Petrobras en parte debido a las cosas que no han cambiado, principalmente la habilidad del gobierno de influir en la empresa. Gracias al control mayoritario de las acciones de Petrobras con derecho a voto, el gobierno brasileño ha prevalecido en ciertos momentos sobre los ejecutivos de la compañía y los inversionistas privados. En los últimos años, Petrobras se ha visto forzada a invertir grandes cantidades de dinero en proyectos cuestionables, como la refinación de petróleo, y a subsidiar los precios del combustible como parte de una guerra no convencional que el Estado libra contra la inflación

El gobierno todavía nombra siete de los 10 directores en la junta directiva de Petrobras, un cuerpo que a veces actuó como un sello de goma para el gobierno nacional de turno.

Si algo de esto preocupa a Bendine, no lo ha dicho públicamente. En el Banco do Brasil ganó una reputación como administrador inteligente y competente que conoce tanto su negocio como los códigos políticos de Brasilia. Una renovación de la junta de Petrobras a comienzos de este año desplazó a la mayoría de los directores designados políticamente para poner en lugar de ellos a académicos, líderes empresariales y expertos. Uno de los nuevos miembros de la junta, Roberto Castello Branco, llegó a criticar el mes pasado la política energética del gobierno. Bajo la presidencia ejecutiva de Bendine, Petrobras ha trabajado para mejorar su administración luego del escándalo de corrupción. La compañía ha creado la posición equivalente a director de cumplimiento y ha dado los pasos para estimular la denuncia de irregularidades internas. En octubre se realizó una investigación interna que en parte tuvo como objetivo ayudar a los fiscales federales.

Bendine sostiene que la administración de la compañía tiene independencia para fijar los precios del combustible de acuerdo con el mercado, no de acuerdo con la inflación, y para impedir la designación de funcionarios políticos a puestos clave. “Hoy no existe la menor posibilidad de que haya aquí esa clase de interferencia”, dijo. Pero evitó expresar opiniones contrarias a las de la presidenta Dilma Rousseff, quien supervisó su nombramiento. Rousseff y su antecesor son ampliamente considerados responsables de muchas de las políticas que han herido las finanzas de Petrobras en los últimos años.

Por ejemplo, Bendine no tiene planes de vender ninguna de las participaciones que Petrobras tienen en los llamados campos de petróleo del pre-sal de la costa de Brasil, a pesar de que reconoció que podría haber un alto interés por parte de potenciales compradores. Y él está de acuerdo con Rousseff en mantener las leyes actuales que requieren que Petrobras tenga una participación mínima de 30% y opere cualquier yacimiento de pre-sal subastado por el Estado. Los expertos de la industria dicen que estas leyes, aprobadas en 2010, son engorrosas para Petrobras y poco atractivas para las empresas privadas. “Si por un lado usted tiene la obligación de inversión, por el otro usted gana reservas”, dijo Bendine. “Así que, para la empresa, es muy bueno”.

Lo que Petrobras espera vender son los yacimientos de exploración o yacimientos maduros donde “la relación costo-beneficio no es tan buena”, junto con los activos de refinación y plantas termoeléctricas, dijo Bendine. Su subsidiaria de distribución también está en venta. El lunes, la junta de Petrobras aprobó vender 25% de esa unidad, BR Distribuidora, mediante una salida a bolsa prevista para comienzos de 2016.

El presidente de la junta, Murilo Ferreira, votó contra esa iniciativa, diciendo que Petrobras tendría que explorar otras alternativas para maximizar el valor de BR Distribuidora antes de pensar en su venta. Otro director se opuso a la venta por razones de oportunidad, en momentos en que el mercado está pleno de activos, de acuerdo con minutas de la reunión en la que se discutió la operación.

“Incluso si los precios [del petróleo] fueran robustos, es un programa de desinversiones increíblemente ambicioso”, dijo Ruaraidh Montgomery, un analista de energía de la consultora Wood Mackenzie. “Pero no tienen realmente otra elección”.

FUENTE: En medio de la crisis, el jefe de Petrobras busca un nuevo rumbo - WSJ
 

Johngo

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Brasil entró oficialmente en recesión técnica

19.08.2015 | El Banco Central de ése país informó que la actividad retrocedió por segundo trimestre consecutivo. La caída respecto al segundo trimestre del 2014 fue del 3,09%.

BRASILIA.- La económica de Brasil entró en recesión técnica después de dos trimestres consecutivos de retroceso. Así lo confirmó el Banco Central de Brasil al informar que la actividad en el país se contrajo un 1,89 % durante el segundo trimestre de este año en relación al trimestre anterior.

Según el Índice de Actividad Económica del Banco Central (IBC), considerado una medición previa del comportamiento del Producto Bruto Interno (PBI), la caída respecto al segundo trimestre del 2014 fue del 3,09 %, lo que confirma el delicado momento que vive la primera economía de América latina.

En el primer trimestre ya se había computado una caída del 0,88 por ciento, mientras que en los doce últimos meses, período considerado hasta junio, se acumuló una retracción del 1,6 por ciento.

Según las previsiones oficiales, la economía brasileña se encogerá este año un 1,5 %, en un escenario de elevada inflación y con un fuerte aumento del desempleo.

Esta semana el Boletín Focus, también del Banco Central, proyectó que en 2015 el Producto Bruto Interno caerá más del 2 por ciento y en 2016 habrá una baja del 0,15 por ciento.

Para hacer frente a esa delicada situación, la presidenta Dilma Rousseff ha comenzado a aplicar un severo plan de ajuste fiscal, que incluye un fuerte recorte del gasto público previsto para este año y un aumento de la recaudación por la vía tributaria.

El plan de ajuste, ideado por el ministro de Hacienda Joaquim Levy, tiene como prioridad bajar la inflación al 4,5 por ciento, mientras que la de 2015 superará el 9.

Esas medidas, sin embargo, han enfriado más la economía, ayudaron a elevar la tasa de desempleo, que en lo que va de este año casi se ha duplicado y llegado cerca del 8%, y presionado la inflación, que según analistas del sector privado deberá llegar a diciembre situada en un 9,32 %. Todo esto, junto a los escándalos de corrupción, afectó negativamente la imagen de la mandatariae incentivó manifestaciones en reclamo de un juicio político en su contra. La Prensa
 

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La economía de Brasil al parecer se ha desfondado, ya que el gobierno informó el viernes que el país cayó nuevamente en recesión técnica porque su producto interno bruto se contrajo 1,9% tan solo en el segundo trimestre.

El retroceso del PIB se suma a las malas noticias para la presidenta Dilma Rousseff, quien lucha por mantenerse políticamente con vida.

Según encuestas, dos tercios de los brasileños quieren que la mandataria sea sometida a juicio político debido a un gigantesco escándalo de corrupción y la percepción generalizada de que ha hecho un manejo equivocado de la economía.

Como la contracción del PIB rebasó ligeramente el pronóstico consensuado de los economistas privados que difundió el Banco Central, muchos han emitido ahora una perspectiva mucho más sombría para Brasil, la séptima economía más grande del mundo.

"Estamos revisando a la baja nuestros pronósticos y ahora pensamos que la economía se contraerá 2,5% este año", dijo el viernes en un informe de investigación la firma especializada Capital Economics, con sede en Londres. En el documento, la firma puso de relieve que había previsto un retroceso de 1%.

"Conforme a los pronósticos, se le acabó el combustible al motor de la impulsión, la demanda interna... Este es un informe alarmante", agregó.

Al igual que la mayoría de las naciones latinoamericanas, Brasil resiente la caída de los precios de las materias primas en los mercados internacionales y la desaceleración en China, gran importador de soya, mineral de hierro y otras mercancías provenientes del país sudamericano.

Sin embargo, la economía de Brasil depende menos del comercio exterior que la mayoría de las naciones en la región, ya que sus exportaciones e importaciones constituyen apenas el 27% del PIB, según el Banco Mundial.

Durante varios años, el auge económico de Brasil se basó en la expansión de su clase media en alrededor de 40 millones de personas desde 2003.

Debido a una profusión de créditos fáciles, los brasileños realizaron grandes compras, sobre las que el gobierno brasileño construyó su modelo económico. Esa carrera de gastos comenzó a perder ímpetu hace unos tres años y oficialmente ha cesado.

Muchos brasileños están endeudados hasta el cuello y redujeron marcadamente sus gastos. De acuerdo con un informe difundido el viernes, el gasto de las familias bajó 2,1% en comparación con el trimestre anterior. El aumento de la inflación y del desempleo, así como las restricciones a los créditos personales, han mellado la confianza de los consumidores.

"Quiero decirles que mi gobierno está pensando en dos aspectos: cómo incrementar el empleo, para garantizar que el país vuelva al crecimiento, y cómo reducir la inflación, porque estamos conscientes de que la inflación erosiona el bolsillo de los trabajadores", manifestó Rousseff durante la inauguración de un proyecto inmobiliario en el norte de Brasil.

La inflación de los últimos 12 meses hasta julio alcanzó 9,56%, dijo el gobierno a principios de mes, cifra que rebasó el objetivo oficial de 6,5%.

Sobre el PIB, la oficina gubernamental de estadísticas IBGE señaló que la mayor contracción correspondió al sector industrial, en el que la construcción se achicó 8,4%.

La situación en este subsector se debe principalmente a que las mayores firmas constructoras y de ingeniería del país están implicadas en el gigantesco escándalo de comisiones en la petrolera estatal Petrobras.
 

Johngo

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El bajón económico de China deja al desnudo los problemas de Brasil

SÃO PAULO—Brasil era, hasta no hace mucho, el principal ejemplo de cómo un país en desarrollo podría alcanzar prominencia mundial a fuerza del auge de los commodities impulsado por China. Conforme su economía crecía, los líderes del país tomaron por asalto el escenario global, organizando una Copa del Mundo, exigiendo más voz en las Naciones Unidas y bloqueando un plan de libre comercio de Estados Unidos para América.

Ahora, Brasil se asemeja al símbolo de otra cosa: al hábito de las naciones ricas en recursos de poner fin a sus auges con derrumbes espectaculares. La bolsa de Brasil ha perdido 22% en un año, su moneda ha cedido un tercio de su valor frente al dólar y se prevé que el informe oficial sobre el segundo trimestre, que se publicará este viernes, indique una contracción económica de aproximadamente 1,7%. Los economistas temen una prolongada recesión.

China ha causado turbulencias financieras en muchos lugares, pero en ninguno de ellos más que en este gran proveedor de commodities a un país cuyo apetito voraz se ha atenuado. El dolor que la desaceleración china le causa a Brasil no sólo alcanza a los mercados financieros, como ocurre en algunos países, sino que también golpea el corazón de la economía real.

“Pasamos de la manía con Brasil a la náusea a Brasil”, dice Marcos Troyjo, un ex diplomático brasileño que dirige un centro de la Universidad de Columbia que estudia los mercados emergentes. “Estamos ante una década perdida, en la que el crecimiento se estanca, la inflación es alta y, lo más triste, una década en la que no se ha aprendido nada”.

Para los brasileños que creyeron, como decían sus líderes, que el país alcanzaría un estatus de primer mundo gracias al auge de las materias primas, la crisis ha llegado en la forma de una profunda decepción. Ahora son comunes las manifestaciones antigubernamentales contra la corrupción que una amplia investigación está dejando al descubierto, con llamados a la renuncia de la presidenta Dilma Rousseff. Conforme la inflación de Brasil se acerca a 10% y las tasas de interés suben, las familias de clase media dejan de pagar las cuotas de sus autos y los pobres comen menos carne.

“La carne es lo primero que se va”, dice Janeide Ferreira, una empleada de limpieza de 54 años de Rio de Janeiro que todos los días viaja dos horas en autobús desde la favela donde vive hasta su lugar de trabajo. “Las cosas estaban mucho mejor hace cinco años”.

A juzgar por las opiniones de las agencias de calificación crediticia, Brasil está en peligro de perder su grado de inversión, lo que provocaría una desordenada devaluación.

Algunos ricos no parecen dispuestos a quedarse para ver cómo termina la historia. Brasileños adinerados están comprando casas en desde Florida a Nueva York, a menudo con el plan a largo plazo de vivir allí con sus familias. Un reciente artículo de portada del semanario Istoé sobre el fenómeno llevaba como título “Bye-Bye Brasil”.

En retrospectiva, es fácil ver por qué Brasil inspiró un frenesí de optimismo. Si la mayor historia económica de este siglo fue el ascenso de China, Brasil estuvo en una posición única para beneficiarse. Rico en mineral de hierro, soya y carne vacuna, sin mencionar el petróleo, Brasil estaba en una posición sin igual para abastecer muchas de las cosas que necesitaba China. El comercio anual de Brasil con China, de apenas unos US$2.000 millones en 2000, se disparó a US$83.000 millones en 2013. China desplazó a EE.UU. como el mayor socio comercial de Brasil.



El ascenso de China impulsó a los inversionistas globales a volcar más de US$1 billón al año en los mercados emergentes para 2011, un aumento de cinco veces en una década. Brasil fue uno de los principales destinos de ese dinero. Como sus mercados de valores eran más transparentes que los de China, algunos inversionistas compraron en Brasil como una forma de aprovechar la pujanza china.

En medio de eso, Petróleo Brasileiro SA, la petrolera de control estatal, hizo un inmenso descubrimiento en aguas profundas e hizo el anuncio en un momento en que los analistas estaban centrados en la escasa oferta mientras los precios subían. Los votantes de esta nación de profundas desigualdades económicas habían elegido un presidente que ascendió desde la pobreza, Luiz Inácio Lula da Silva. Él se posicionó como una voz para millones de pobres que emergían de la pobreza gracias al auge de los commodities liderado por China y se alzó con la elección de Rio de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos de 2016, diciendo en un discurso conmovedor que los juegos serían un regalo a los pobres.

No obstante, Brasil había tenido otros auges antes, sólo para caerse. La expansión del período 1966-1973 fue apodada el “milagro brasileño”. Lo que siguió fue la tumultuosa década de 1980, con hiperinflación, crisis de deuda y caída de los niveles de vida. Se suponía que esta vez sería diferente. Brasil salió del desastre de los 80 recortando el gasto, estabilizando su moneda y domando una inflación de cuatro dígitos. Esa combinación de disciplina fiscal y gobiernos cada vez más competentes parecía destinada a hacer que la mayor economía de América Latina convergiera con países avanzados como EE.UU.

Una vieja frase acerca de Brasil decía que era “el país del futuro, y siempre lo será”. En 2005, un economista publicó un libro titulado O Futuro Chegou (El futuro llegó).

Brasil, uno de los niños mimados de la inversión en mercados emergentes dentro del grupo de países conocido como “BRIC” (que también incluye Rusia, India y China), tuvo en 2010 un impresionante crecimiento de 7,6%.

Da Silva tenía la visión de que la bonanza de las materias primas financiaría nuevas carreteras, puertos, represas e industrias como la construcción naval. Brasil estaba tomando su lugar entre las naciones desarrolladas del mundo. Las autoridades brasileñas comenzaron a viajar a las reuniones con inversionistas llevando un folleto que sugería que su economía crecería a un promedio de alrededor de 4,5% anual a perpetuidad. Eso no iba a pasar. Brasil cayó bajo lo que algunos economistas llaman la “maldición de los recursos”, una teoría que describe cómo los países con abundantes materias primas tienen a veces un peor desempeño que los que no las tienen. La idea es que el dinero fácil de las ventas de bienes básicos puede conducir a una sobrevaluación de las monedas y a la formulación de políticas miopes, para dejar a esos países gravemente expuestos cuando el auge de los commodities se acaba.

“Desafortunadamente, la historia es que las economías dependientes de commodities no alcanzan a EE.UU.”, dice Ruchir Sharma, director de mercados emergentes de Morgan Stanley Investment Management. “No ocurre sólo con los productores de petróleo. Más países terminan siendo más pobres, en comparación con EE.UU., después de hallar una materia prima en vez de a alcanzar (a EE.UU.)”. Con datos que se remontan a 1800, Sharma señala que las economías dependientes de productos básicos suelen crecer durante una década y luego pasan hasta dos décadas revolcándose o volviendo a caer. Algunas de las razones son estructurales. El ingreso de divisas generadas por las exportaciones de commodities fortalece la moneda de un país. Sin embargo, eso hace más dura la competencia para las industrias no relacionadas con materias primas, como la manufactura, al dificultar sus exportaciones y abaratar las importaciones. En el punto máximo del auge de Brasil, Goldman Sachs declaró que el real era la moneda más sobrevaluada del mundo. Ir al cine o tomar un taxi en el centro de São Paulo resultaba más caro en dólares que en Nueva York. El sector manufacturero de Brasil comenzó a contraerse.

Sin embargo, muchos de los problemas de Brasil eran de origen interno, según Alexandre Schwartsman, economista y ex funcionario del Banco Central de Brasil. “Nos las arreglamos para crear esta recesión”, dice.

Animados por el comercio con China, los políticos brasileños de mentalidad nacionalista lanzaron una política exterior dirigida a reducir el papel de EE.UU. en América Latina. Brasil bloqueó una iniciativa de libre comercio de Washington para América y se unió a Venezuela para crear un consejo de seguridad regional sin EE.UU. El canciller trabajaba desde una oficina con un enorme mapa del mundo invertido, como dando el mensaje de que la era de los mercados emergentes estaba al alcance de la mano. Pero el mundo no estaba al revés. Mientras Brasil se amarró a volátiles naciones antiestadounidenses como Venezuela, Argentina e Irán, algunos de sus vecinos —Chile, Colombia y Perú— circundaron a Brasil y cerraron acuerdos de libre comercio con EE.UU.

Anticipándose a los ingresos que recibiría de las ventas de commodities, el gobierno comenzó a gastar cada vez más. Los bancos estatales abastecían a los brasileños con dinero fácil. Brasil subvencionó facturas de energía, concedió préstamos baratos a las grandes empresas con vínculos gubernamentales y construyó estadios para albergar eventos como el Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) prestó tanto que su cartera de crédito superó a la del Banco Mundial. Muchos préstamos del BNDES fueron dados a tasas por debajo de las del mercado. Otras inversiones no consiguieron retornos de largo plazo. El auge del consumo impulsado por el crédito se quedó sin gasolina y muchos estadios de la Copa Mundial ahora no tienen uso.

Mientras tanto, Brasil produjo mucho menos petróleo de lo previsto. De hecho, la producción se redujo en algunos años, conforme Petrobras quedó abrumada por la enorme tarea de desarrollar yacimientos petroleros en aguas extremadamente profundas. El gobierno de Brasil hizo sus presupuestos como si los precios del petróleo y el mineral de hierro fueran a mantenerse altos, en lo que los economistas llaman otro error común de las naciones productoras de materias primas.

Es el caso de Vale SA, un gigante de la minería con estrechos lazos con el gobierno. A medida que la creciente demanda china de materiales de construcción disparó los precios del mineral de hierro de US$19 a US$126 la tonelada entre 2000 y 2011, sus ejecutivos comenzaron un proyecto de expansión de US$16.000 millones de la principal mina de hierro del país. Entre otras cosas, encargaron una flota de superbuques “Valemax” para llevar el mineral a China. Cuando el crecimiento de China se tornó más lento, José Carlos Martins, director de la división de mineral de hierro de Vale, seguía diciendo a los inversionistas que los precios de esa materia prima permanecerían altos. Descartando las preocupaciones de los analistas sobre una desaceleración de China, en una conferencia telefónica de julio de 2014, Martins les dijo: “Es increíble cuánto se enfocan en China”. Martins dejó la empresa ese año mientras el mineral de hierro se hundía por debajo de US$50 la tonelada. El ex ejecutivo dice que sus previsiones quedaron desfasadas por la caída del petróleo y la apreciación del dólar. “En el mundo corporativo, uno se pasa la mitad de la vida haciendo previsiones y la otra mitad explicando por qué la previsión fue errónea”, agrega. Vale ha recortado su dividendo y vendido algunos buques, pero sigue adelante con el proyecto de la mina.

El respaldo de los commodities a la economía permitió a los líderes brasileños posponer el abordaje de persistentes problemas que aquejaron a la nación en el pasado. El sistema político de Brasil ha sido históricamente un caldo de cultivo para la corrupción y su burocracia a menudo ha obstaculizado la innovación empresarial. “Brasil se volvió complaciente debido a los efectos intoxicantes del comercio con China”, dice Thomas Trebat, un ex banquero de inversión de mercados emergentes que ahora dirige Columbia Global Centers, de la Universidad de Columbia, en Rio de Janeiro. “Ahora están sufriendo una resaca”.

El auge de los bienes básicos puede también haber potenciado algunas prácticas poco saludables. Los fiscales brasileños investigan las actividades de decenas de ejecutivos y políticos en un amplio caso de sobornos en torno a las actividades de Petrobras cuando la compañía expandía su gasto para desarrollar los yacimientos costa afuera. Aunque Brasil ha estado plagado de corrupción por generaciones, las cifras en dólares sorprendieron esta vez incluso a los hastiados brasileños. Petrobras afirma que en la última década le han robado por lo menos US$2.000 millones. Un ejecutivo acusado en el caso se ha comprometido a devolver casi US$100 millones. El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, es investigado por sospechas de que recibió US$5 millones, algo que él niega. El tribunal electoral de Brasil autorizó investigaciones para determinar si algunos de los sobornos ayudaron a financiar la campaña de reelección de Rousseff en 2014, y el tesorero de su izquierdista Partido de los Trabajadores ha sido encarcelado bajo la acusación de lavar dinero, algo que él niega. Rousseff y su partido han negado que hayan cometido irregularidades.

En medio de la crisis, el gobierno de Brasil se está fracturando, lo que dificulta su capacidad para enderezar la situación. El índice de aprobación de Rousseff ha caído a 8%. Su vicepresidente, Michel Temer, dijo recientemente que él ya no ayuda a Rousseff a lograr que el Congreso apoye sus proyectos, lo que alimentó especulaciones de que él quiere ocupar su lugar. “Alguien necesita unificar a todos (…) porque de caso contrario el país podría entrar en una crisis desagradable”, dijo este mes. Rousseff y sus asesores defienden sus políticas, diciendo que la crisis habría sido peor si su gobierno no hubiera expandido la red de protección social y otorgado subsidios a las industrias para evitar el despido de trabajadores.

Mientras las proyecciones prevén una contracción de 2% en la economía este año, funcionarios oficiales esperan que la situación mejore el año próximo, a medida que Rousseff introduzca medidas que reencaminen al gobierno y trabaje en la mejora de las relaciones con EE.UU. Una moneda debilitada puede ayudar a revivir la actividad manufacturera y las exportaciones. Más aún, el país tiene US$371.000 millones en reservas internacionales, que pueden servir para amortiguar la situación.

De todos modos, China es el factor decisivo. Las exportaciones brasileñas al país asiático cayeron 19% en los primeros siete meses de este año. Durante más de una década, China ha estado allí justo cuando Brasil más necesitaba. El país sudamericano se subió al auge de los productos básicos, alrededor de 2002, cuando estaba al borde de una cesación de pagos. No obstante, la economía brasileña comenzó a despegar impulsada por el alza de los precios de las materias primas gracias a la demanda de China.

Brasil parecía listo para volver a derrumbarse después de la crisis financiera mundial de 2008, pero los US$586.000 millones del paquete de estímulo de China ayudaron entonces a reavivar la demanda mundial de materias primas. Incluso ahora, Brasil mira a China en busca de ayuda. En mayo, el primer ministro chino, Li Keqiang, se reunió con Rousseff en Brasília. Mientras algunos inversionistas globales comenzaban a huir de Brasil, China acordó prestar a Petrobras US$10.000 millones. El gobierno chino también dijo que consideraría grandes inversiones en proyectos brasileños tales como ferrocarriles, puertos y carreteras. Que China haga realidad esos acuerdos depende de si su economía se desacelera o no.

FUENTE: El bajón económico de China deja al desnudo los problemas de Brasil - WSJ
 

Johngo

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El juez que lleva el caso Petrobras en Brasil es el nuevo héroe nacional

Pese a que es recibido con euforia a donde va, busca apoyo público ahora que se empieza a ver con claridad cómo el escándalo paralizó la economía, y la clase política busca enfriarlo

El juez brasileño en el centro de la investigación sobre la corrupción generalizada en Petrobras busca apoyo público ante el caso ahora que el impacto del escándalo en la economía está empezando a observarse con mayor claridad.

En una serie de recientes eventos en San Pablo donde recibió eufóricas recepciones, Sérgio Moro pidió a la población que siga apoyando la investigación de Petrobras e insistió en que el verdadero peligro para la economía es la corrupción, y no su causa penal.

"Enfrentar la corrupción sistemática nos beneficiará mucho a todos nosotros, a las compañías, a la economía en general", aseguró en un congreso de ejecutivos de empresas el lunes. "El costo de la corrupción sistemática es extraordinario". Las declaraciones públicas de Moro, un juez federal de 43 años de la ciudad de Curitiba que se convirtió en héroe nacional por su rol en la pesquisa sobre Petrobrás, se producen un momento delicado para el caso porque empezó a crecer la oposición política. Su visita a San Pablo tuvo lugar después de que el viernes se publicaran las cifras del PBI del segundo trimestre que mostraron una caída de la inversión, que es en parte el resultado del impacto de la investigación sobre la corrupción enquistada en Petrobras, la compañía industrial más grande de Brasil. La economía se contrajo en 1,9% en el segundo trimestre, mientras que la inversión fija cayó 8,1%.

La temperatura política en torno al caso de Petrobras también ha aumentado después de que hace 10 días se presentaron las primeras acusaciones contra líderes políticos, entre ellos el presidente de la cámara baja del Congreso, Eduardo Cunha. A diferencia de los ejecutivos que están siendo juzgados por Moro en la ciudad sureña de Curitiba, los causas contra los políticos electos se trasladan a la Corte Suprema del país.

Con el descubrimiento de nuevos yacimientos de petróleo y un mayor énfasis en el desarrollo económico impulsado por el Estado, Petrobras llegó a tener un papel mucho más importante en la economía en los últimos años. Sin embargo, la detención de una serie de ejecutivos de Petrobras y empresas constructoras proveedoras ha frenado algunos de sus proyectos. El último plan a largo plazo de la compañía para 2015-2019 incluía una disminución en la inversión del 37% comparado con su pronóstico anterior.
Un estudio reciente de GO Associados, una consultora de San Pablo, calculó que el impacto económico del escándalo de corrupción en Petrobras en los próximos años será de 142.600 millones de reales, lo que equivale al 2,5% del PBI.

José Roberto Mendonça de Barros, un importante economista brasileño, dijo que el impacto de la investigación de corrupción era difícil de calcular porque Petrobras estaría sufriendo de todos modos con la caída de los precios del petróleo a u$s 40. "Hoy en día Petrobras en verdad está siendo bajo la conducción de su director de finanzas", sostuvo, en referencia a las enormes limitaciones bajo las que está operando ahora. "Cualquier compañía dirigida por un director financiero se enfrenta a un montón de problemas"‘.
En su discurso del lunes, donde fue ovacionado, Moro rechazó la sugerencia de que los casos de corrupción de Petrobras fueron la causa de la fuerte desaceleración económica en Brasil. "El policía que descubre un crimen no tiene la culpa del cadáver", dijo. "Si los agentes económicos no tienen confianza de que pueden competir en igualdad de condiciones por las licitaciones públicas, si hay una zona gris de sobornos, el funcionamiento del mercado se ve afectado", sostuvo.

Moro es la cara pública del caso, pero él trabaja con un grupo de fiscales jóvenes en Curitiba, la mayoría de alrededor de treinta años y muchos con estudios en Estados Unidos, que declararon abiertamente su intención de romper el aire de impunidad que rodea los casos de corrupción desde hace mucho tiempo en Brasil. En algunas ocasiones, Moro parece refutar directamente a la atormentada presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. En junio, ella cuestionó la rebaja de penas a cambio de confesiones –una nueva práctica en la justicia brasileña y comparó la situación con la "Conspiración de Minas Gerais" del siglo XVIII, una campaña secreta contra el dominio colonial portugués que fue derribada por un informante.
"La reducción de pena a cambio de confesiones es una traición, pero es una traición entre los delincuentes", dijo Moro el sábado en una conferencia. "Aquí nadie está traicionando la Conspiración de Minas Gerais". FINANCIAL TIMES / 02.09.15
 

Johngo

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Al ministro Levy no le alcanzan las tijeras para cortar el déficit de Brasil

BRASÍLIA—Cuando asumió el timón del Ministerio de Hacienda a comienzos de este año, Joaquim Levy fue elogiado como el hombre que iba a imponer mano dura y disciplinar el gasto fiscal de un gobierno izquierdista que se había caracterizado por su generosidad.

Apodado “Joaquim manos de tijera” por su predilección por los recortes de gastos, este economista conservador con doctorado de la Universidad de Chicago fijó ambiciosas metas fiscales y prometió restaurar la confianza de los inversionistas en el país. Sin embargo, tras apenas nueve meses en el cargo, Levy arrastra problemas de credibilidad, generando dudas sobre cuánto tiempo permanecerá en el gobierno.

Muchas de sus medidas de austeridad han sido diluidas o estancadas por el Congreso. En lugar de mejorar, las finanzas del país han empeorado, la economía atraviesa por su momento más delicado en los últimos 25 años y el país corre el riesgo de perder su codiciado grado de inversión.

Las críticas arreciaron la semana pasada, cuando el equipo económico de la presidenta Dilma Rousseff, encabezado por Levy, presentó ante el Congreso un presupuesto para 2016 caracterizado por los déficits. La ley proyecta un déficit antes del pago de intereses equivalente a 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB), un giro importante frente a una previsión anterior de un superávit primario de 2%. Es la primera vez en la historia en que un gobierno brasileño reconoce abiertamente su incapacidad para manejar sus cuentas. En una conferencia de prensa en la que parecía abatido, Levy endosó la responsabilidad al Congreso para que “ordenara su casa” y ayudara a cerrar la brecha, una táctica que irritó a una serie de legisladores.

El ministro de Hacienda también se ha ganado la enemistad de los sindicatos que se oponen a sus propuestas para recortar prestaciones a los trabajadores y retrasar los beneficios de jubilación. Los empresarios, por su parte, se han rebelado contra la insistencia de Levy en subir los impuestos para disminuir el déficit fiscal y pagar una deuda que asciende a 64,6% del PIB.

“Si el ministro de Hacienda no tiene la competencia para encontrar otras formas de resolver los problemas económicos de Brasil aparte de las alzas de impuestos, es mejor que haga las maletas y haga otra cosa”, dijo recientemente Paulo Skaf, presidente de la poderosa Federación de Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp). Las críticas han sido tan vociferantes que se ha vuelto casi una rutina que los periodistas le pregunten a Levy si se dispone a renunciar. La posibilidad de su salida del gobierno “claramente ha aumentado y representa un riesgo significativo para el gobierno”, dijo Christopher Garman, analista de Eurasia Group.

Levy, quien no quiso ser entrevistado para este artículo, ha insistido que se quedará hasta que la presidenta lo estime necesario. Rousseff lo sigue apoyando.

De todos modos, incluso los defensores del ministro reconocen sus problemas. “El ministro Levy es muy creíble y comprometido a los ojos del mercado”, señaló Alberto Ramos, director de estudios de América Latina de Goldman Sachs, en Nueva York. “Pero no ha sido muy efectivo a la hora de llevar adelante la necesaria consolidación fiscal”.

Las dificultades han confirmado los peores temores de los analistas políticos acerca de la dupla de Rousseff y Levy.

Cuando la presidenta, una ex guerrillera de izquierda que es partidaria de una importante injerencia del Estado en la economía, anunció el año pasado el nombramiento de un “Chicago boy” a cargo del Ministerio de Hacienda a partir del primero de enero, la medida fue considerada como un matrimonio por conveniencia. En un momento en que la economía y las cuentas fiscales se deterioraban a toda velocidad, después de años de un alto gasto fiscal, la mandataria estaba bajo presión para realizar un cambio de rumbo.

Levy, que en su carrera se ha desempeñado en el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la filial de gestión de activos del banco brasileño Bradesco, era considerado una figura respetada por el mercado que ayudaría a recuperar la confianza de los inversionistas y aplacar las dudas de las calificadoras de crédito. También tenía experiencia política, luego de haber sido secretario de Hacienda durante el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y secretario de Finanzas del estado de Rio de Janeiro.

En un inicio, la noticia de su designación fue bien acogida por los mercados y el real se fortaleció, un fenómeno que la prensa local apodó “el efecto Levy”. Un elogioso perfil publicado a fines del año pasado lo comparó con Superman. Las expectativas, sin embargo, subestimaron las batallas políticas que ya se divisaban en el horizonte. Rousseff tenía un índice aprobación de 8% y estaba aislada, débil y a merced de un Congreso rebelde que ha rechazado una y otra vez las impopulares medidas de austeridad impulsadas por Levy.

Mientras tanto, un escándalo de corrupción de proporciones épicas se centró en la petrolera estatal Petróleo Brasileiro SA y ha abarcado a decenas de legisladores. El Congreso ha mostrado poca disposición para abordar reformas importantes que, en opinión de los economistas, son necesarias para reactivar la economía e impedir una rebaja de la calificación de crédito del país al nivel de chatarra. En su esfuerzo por cerrar la brecha fiscal, los llamados de Levy por recortes de costos y aumentos de impuestos han enfurecido a intereses de todo el espectro político. Una reciente caricatura política mostró al ministro colocando una trampa para robar un pedazo de queso a un ratón, subrayando la necesidad del gobierno de obtener nuevos ingresos.

Atribuirle a Levy la culpa del funesto estado de las finanzas brasileñas sólo resalta la disfunción que se ha apoderado de Brasília, dijo Alexandre Schwartsman, economista y ex director del banco central. Levy “es muy bueno y muy competente, pero no es Superman”, dijo Schwartsman. “Un equipo de economistas que han ganado el Premio Nobel” no podría arreglar la economía brasileña mientras el Congreso siga titubeando, añadió.

No está claro si Levy logrará recuperarse y conseguir que el Congreso apruebe sus medidas. Rousseff dijo el miércoles en declaraciones a la prensa que el déficit fiscal “es un problema que resolveremos” a través del diálogo con el Congreso. La mandataria desmintió que Levy estuviera “debilitado”, “aislado” o a punto de abandonar el gobierno. Esta clase de especulaciones “no ayuda al país”, advirtió.

FUENTE: Al ministro Levy no le alcanzan las tijeras para cortar el déficit de Brasil - WSJ
 

Johngo

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Flash técnico del Bovespa

Mostramos a modo de vistazo rápido la delicada situación técnica del índice brasileño, de cara al medio-largo plazo.



Del mismo modo, y en consonancia con lo anterior, un vistazo rápido a la situación gráfica del crecimiento trimestral PIB y de los PMI manufacturero y de servicios, que parece éste último repuntar algo.





 

Johngo

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¿Subir más los tipos de interés en Brasil?

El viernes pasado conocíamos la primera estimación del dato del PIB brasileño del Q2. Un inesperado descenso del 1.9 % trimestral (-2.6 % anual). Pero, es cierto, el mercado esperaba un dato negativo aunque no superior a una caída del 1.2 %. Desde finales de 2008 no se había visto una caída de este calibre.

¿Razones? caída del 8.1 % en la inversión y del 2.1 % en el consumo privado, especialmente de este último: supone el peor dato desde 2001. Probalemente relacionado con el deterioro de las condiciones laborales (desempleo en 7.3 % en julio, dos puntos al alza en el año) y la incertidumbre de la economía en el futuro próximo.

La contribución positiva del sector exterior (ventas al alza de 3.4 %, con las importaciones a la baja un 8.8 %) no ha podido compensar el fuerte deterioro de la demanda doméstica.

Interesante también la evolución de los diferentes sectores productivos: caída del 4.3 % en la industria, del 2.7 % en el sector primario y del 0.7 % en servicios.

Nosotros hemos rebajado nuestras estimaciones de PIB en Brasil para los dos próximos años, hasta un descenso del 2.7 % este ejercicio y caída adicional del 0.7 % en 2016.

Esta semana vamos a conocer nuevos datos económicos de Brasil, especialmente inflación semanal, balanza comercial y producción industrial. Especialmente en el último caso, esperamos un descenso de la producción del 5.3 % en cifra anual frente al 3.2 % de recorte anterior. Mantiene descensos anuales del 5.0 % en cifra promedio anual desde principios de año.

Vean ahora el gráfico adjunto, especialmente la caída ininterrumpida de la moneda….



¿Qué hará el Banco Central de Brasil la semana próxima? En una reciente encuesta 58 de 61 economistas esperaban que mantenga los tipos de interés oficiales en niveles de 14.25 %. Para el propio Banco Central, mantener los tipos de interés estables en los elevados niveles actuales puede ser suficiente para que la inflación se modere hasta niveles objetivo ya a mediados del año próximo. Pero, ¿tiene en cuenta el impacto inflacionista de la caída de la moneda? De la misma forma que Fischer de la Fed afirmaba el fin de semana pasado que la subida del USD puede tener un impacto temporal en la inflación, el mismo mensaje podría extrapolarse a la caída del Real.

Nosotros esperamos que el Banco Central mantenga sus tipos de interés en el 14.25 % ya la semana próxima. Y realmente, no vemos grandes movimientos de tipos desde este nivel hasta finales del próximo año.

Por José Luis Martínez Campuzano - Estratega del Citi en España
 

Johngo

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El Banco de Brasil confirma los rumores de intervención

El Banco Central de Brasil confirmó ayer los insistente rumores que corrían por el mercado, y anunció una nueva intervención en los mercados de divisas en los que vendió hasta $ 3.000 millones con la intención de frenar la fuerte depreciación del real, que la semana pasada alcanzó su menor valor respecto al dólar estadounidense desde octubre de 2002.

El anuncio permitió que el real abriese ayer con una apreciación del 1,60% frente al dólar, a un cambio de 3,797 reales por dólar.

Por otro lado, como añade Link Análisis, señalar que el Banco Central divulgó ayer que el Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil se contraerá un 2,44% en 2015, su peor resultado desde 1990, y la inflación llegará hasta el 9,29%, la más elevada desde 2003, según las proyecciones de un grupo de analistas del mercado. Las nuevas previsiones son más pesimistas que las dadas por los economistas en un sondeo similar hace una semana, cuando proyectaban una contracción económica del 2,26% y una inflación del 9,28%.

Estas proyecciones se recogen en el Boletín Focus, una publicación semanal del Banco Central que incluye una encuesta realizada a un centenar de expertos de instituciones financieras privadas sobre el estado de la economía nacional. Miércoles, 9 de Septiembre del 2015
 

droblo

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La deuda soberana del gobierno de Brasil fue reducida el miércoles a estatus "basura" por una de las principales agencias calificadoras del orbe.

Standard & Poor's dijo que eliminó el estatus de grado de inversión a la deuda de Brasil y que el panorama que asigna al país es negativo, justo cuando la nación entró en recesión y expertos prevén una situación sea peor en 2016.

Ello significa que para Brasil será más caro recurrir a los mercados financieros internacionales, y que mucho dinero de inversionistas saldrá del país, al igual ocurriría con los fondos de inversión que solo confían en países con un cierto grado de riesgo. Brasil ha gozado de grado de inversión por siete años.

S&P dijo que los grandes desafíos políticos que encara la presidenta Dilma Rousseff "se han seguido acumulando, y pesan en la capacidad del gobierno" para apuntalar sus finanzas.

La degradación, aunque ampliamente esperada, se da antes de lo que muchos pronosticaban y coincide con un momento de extrema volatilidad en la economía brasileña, con la inflación en torno al 10% y la tasa de desempleo en su nivel más alto en décadas.

Además, Rousseff no tiene apenas respaldo político, con una tasa de aprobación de un solo dígito, la peor de cualquier líder desde el regreso del país a la democracia hace tres décadas.

S&P dijo que "la perspectiva negativa refleja lo que creemos que es una probabilidad mayor a uno de cada tres de una futura degradación por un mayor deterioro de la posición fiscal de Brasil".

En concreto, la agencia advirtió sobre el liderazgo de Rousseff y sobre una "mayor falta de cohesión dentro del gabinete de la presidenta por una crisis económica mayor de la que actualmente esperamos".

La noticia no podría ser peor para Rousseff. Su formación, el Partido de los Trabajadores, lucha por sobrevivir en medio del mayor escándalo de corrupción descubierto hasta la fecha en Brasil.

S&P afirmó que su perspectiva negativa para el país sudamericano está vinculada a "investigaciones en marcha sobre denuncias de corrupción contra individuos y empresas de alto perfil" que han llevado a un "aumento de la incertidumbre política en el corto plazo" y que "esperamos que la vulnerabilidad externa de Brasil crezca por tanto durante los próximos años".

El ministro de Finanzas del país, Joaquim Levy, dijo en un comunicado el miércoles por la noche que "el gobierno brasileño reafirma su promesa de consolidación fiscal".
 

Johngo

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MAS DATOS

La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's le retiró este miércoles el preciado grado de inversión a Brasil, al cortar el rating del país de "BB+" a "BBB-", después de que el gobierno brasileño admitiera el deterioro del panorama fiscal para 2016 con una proyección de déficit de más de US$8.000 millones. S&P dio señales de que puede poner a la deuda brasileña aún más adentro del terreno especulativo al mantener la perspectiva negativa para la nota del país. La decisión de la agencia es un gran revés para el gobierno, que enfrenta una crisis económica y política y venía buscando los medios para mantenerse entre los países reconocidos como buenos pagadores por las agencias de clasificación de riesgo.

En un comunicado, S&P dijo que los retos políticos de Brasil siguen creciendo, y pesan sobre la habilidad y capacidad del Gobierno de cumplir con el ajuste iniciado en el segundo mandato de la presidenta Dilma Rousseff. La agencia explicó que esa situación “podría suponer tres años seguidos de déficit primario y aumento continuado de la deuda si no surgen rentas posteriores o se adoptan medidas para recortar gastos”.

Para el mercado, la rebaja en la calificación de Brasil era dada por sentado y, por tanto, ya tenía su precio determinado —es decir, los agentes económicos contabilizaban parte de ese coste las decisiones o la previsión de tasas futuras—. Sin embargo, el proceso parece haberse acelerado con la presentación del primer presupuesto con déficit desde que Brasil alcanzó la estabilidad monetaria y los desencuentros públicos entre miembros del equipo económico sobre qué hacer con el agujero fiscal.

Horas antes de que se conociera la baja en la calificación, el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, dijo a a la revista IstoÉDinheiro: "Si perdemos el grado de inversiones, vamos a tener que juntar los pedacitos para recomponernos. [La recuperación] va a ser mucho más dificil".

Luego, a menos de 6 semanas tras la última revisión de la calificación de Brasil, S&P, una de las firmas más prestigiosas del mercado de calificaciones de deuda, atribuyó la decisión a la propuesta presupuestaria para 2016, que anticipa un déficit de al menos 30.000 millones de reales (unos 7.000 millones de euros). Además, la agencia no ha descartado una rebaja adicional.

En julio, Standard & Poor's había mantenido el grado de inversión para la economia brasileña, pero mudó la perspectiva de "estable" a "negativa". La calificadora tenía la previsión de que Brasil tuviera una retracción de al menos 2% en la economía este año. Según la firma, las investigaciones de los casos de corrupción en los sectores público y privado fogonearon la incertidumbre política en el corto plazo.

S&P fue la primera de las tres principales agencias de clasificación de riesgo en conceder a Brasil el grado de inversión, en abril de 2008, durante el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Es ahora la primera en poner a Brasil de vuelta en grado especulativo.

En un comunicado, S&P dijo que los retos políticos de Brasil siguen creciendo, y pesan sobre la habilidad y capacidad del Gobierno de cumplir con el ajuste iniciado en el segundo mandato de la presidenta Dilma Rousseff. La agencia explicó que esa situación “podría suponer tres años seguidos de déficit primario y aumento continuado de la deuda si no surgen rentas posteriores o se adoptan medidas para recortar gastos”.

Rechazo a nuevas impuestos

El PMDB, partido de la coalición oficialista, sigue sumando voces contrarias a las intenciones del Ejecutivo de aumentar impuestos para cerrar la brecha fiscal. Este miércoles (9) el presidente do Senado, Renan Calheiros, dijo que su partido no está de acuerdo con que exista una "necesidad urgente" de elevar la carga tributaria aumentando impuestos.

La presidente Dilma Rousseff y su ministro de Hacienda han defendido el aumento de tributos como una forma de cerrar el déficit presupuestario proyectado para 2016, de unos 30.500 millones de reales (8.700 millones de dólares). La presidenta incluso avisó que el país tendría que tomar un "remedio amargo" para superar la crisis fiscal que se avecina.

"El aumento de impuestos es algo que más adelante puede ser discutido, pero hay un paso previo que es el corte de gastos, la eficiencia del gasto público, y es eso lo que hay que poner en primer lugar", dijo el presidente del Senado este miércoles en Brasilia.

Consultado sobre si la suba de tributos no sería útil para reforzar las finanzas de los estados que gobierna el PMDB, Calheiros dijo que los gobernadores están preocupados por la situación financiera y fiscal de los estados, y entienden que es prioritario reducir el déficit fiscal, pero que primero hay que hacer "los deberes de casa, que consisten en cortar gastos" y mejorar la calidad del gasto público.
 

Johngo

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La rebaja de calificación de la deuda de Brasil golpea al real

SÃO PAULO—El real se desplomó frente al dólar en la mañana del jueves, cayendo a su nivel más débil frente a la divisa estadounidense desde finales de 2002, luego que Standard & Poor’s Financial Services rebajara la calificación de crédito del país al nivel de chatarra.

Hacia el medio día del jueves, el real recuperaba algo del terreno perdido a primer ahora cotizándose a 3,80537 frente al dólar, luego de cerrar a 3,7942 el miércoles. El índice de valores Ibovespa caía 0,57%.

El banco central de Brasil dijo el jueves que llevará a cabo más subastas de acuerdos de recompra en dólares, una medida que ayudó a frenar la caída de la divisa tras la rebaja de calificación.

El banco dijo que vendería hasta US$1.500 millones en acuerdos de recompra, divididos en dos subastas que se llevarían a cabo el mismo jueves. El banco llevó a cabo subastas similares el martes. Al inyectar más dólares al mercado de divisas del país, las subastas pueden reducir el precio de la divisa estadounidense y apuntalar el real.

S&P rebajó la calificación de Brasil en un escalón el miércoles por la noche, a BB+, colocándola en el territorio de chatarra por primera vez desde 2008. S&P también mantuvo su perspectiva negativa, Citando retos políticos a los esfuerzos del gobierno brasileño para balancear su presupuesto, indicando al menos una posibilidad en tres de más rebajas.

La rebaja era algo que se esperaba después que el gobierno enviara al Congreso a principios de mes una propuesta de presupuesto para 2016 que pronostica un déficit presupuestal primario. El balance presupuestal primario es una medida de la habilidad del gobierno para ahorrar y reducir su deuda y la propuesta fue una indicación de que los esfuerzos del gobierno por frenar los gastos y recortar deuda podrían ser insuficientes.

No obstante, la rebaja se produjo mucho más rápido de lo esperado, lo que llevó a la caída acelerada del real en la mañana.

“Esta rebaja no estaba incluida en los cálculos del mercado de divisas”, dijo Luiz Carlos Baldan, director de la corredora Fourtrade en São Paulo. “Si el banco central no interviene, el real podría llegar a cuatro por dólar en los próximos días”.
 
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