Países ricos temen que vuelva el proteccionismo al comercio global

Johngo

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Países ricos temen que vuelva el proteccionismo al comercio global

Finalmente Roberto Azevêdo, el candidato brasileño para ocupar el cargo de director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), triunfó frente a su rival Herminio Blanco de México y se quedó con el puesto.
Sin embargo, aún queda una pregunta: ¿Quién ganó? ¿El hombre o el país?
Entre Azevêdo y Blanco, quizás no haya mucho en qué basar la elección. Ambos tienen impresionantes antecedentes. Azevêdo, que es diplomático de carrera en uno de los servicios diplomáticos más pulidos del mundo, se desempeña como embajador de Brasil ante la OMC desde 2008. Conoce la organización a la perfección. Y Blanco es un empresario inmerso en el comercio, brinda servicios como consultor en Comercio, fue ministro de esa área en México y fue el principal negociador del país durante la preparación del Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio (Nafta).
Si la carrera fue entre dos tecnócratas, debe haber sido una competencia muy reñida.
Pero qué pasaría si los miembros de la OMC han votado a favor de un país y no de un hombre? En ese caso, se trató de una elección entre el día y la noche. Los decepcionados mexicanos, cuyo orgullo habrá recibido un fuerte golpe, llamarán a esto una victoria del proteccionismo sobre el libre comercio.
También será una victoria del mundo en desarrollo por sobre el mundo desarrollado. México, que tiene acuerdos de libre comercio con 44 países diferentes, es el nuevo caso que representa las políticas del mundo desarrollado aplicadas en el mundo en desarrollo. Brasil no tiene acuerdos de libre comercio con ningún país y ha mostrado una tendencia a renegociar sus acuerdos en cuanto se vuelven poco convenientes”, especialmente su acuerdo automotor con México.
Muchos países en desarrollo (en Africa, Asia y también América latina) habrán sentido que los brasileños tenían más probabilidades de proteger a sus fabricantes y productos agrícolas que los mexicanos. Muchos de esos países, especialmente los africanos, ya tienen lazos más estrechos con Brasil que con México.
En una entrevista con Reuters, Azevêdo restó importancia al tema de la nacionalidad “Yo, como candidato y como director de la OMC, no voy a estar representando a Brasil.”
“Llegué a la ronda final en la elección con esas quejas sobre la mesa, y eso no cambia las cosas. Significa que hay un entendimiento entre los miembros de la OMC de que el candidato debe ser independiente de su país y ser evaluado por sus conocimientos.”
A quienes dicen que bajo la conducción de Azevêdo, la OMC perderá de vista su misión de promover el libre comercio, otros responderán que desde el comienzo nunca la tuvo.
Pero la decisión de ayer hará una gran diferencia. No interesa que tan tecnócrata sea, Azevêdo encontrará que es difícil evitar la influencia de Brasilia. Fueron los brasileños los que ganaron, y no los mexicanos. El Cronista
 
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