CajaMadrid se apunta a la moda de las "fusiones frías"

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Tras perder Caixa Galicia (que se fusiona con Caixanova por imposición de la Xunta) y la CAM (que integra la segunda fusión virtual tras el Grupo Banca Cívica con CajAstur, Caja Extremadura y Caja Cantabria), no lograr seducir a Ibercaja (que de momento sigue sin comprometerse con la concentración) y ver muy complicada por la oposición del Gobierno de la Comunidad Valenciana (aunque sea, como él, del PP) la integración de Bancaja, Rodrigo Rato ha hecho de la necesidad virtud y pretende aglutinar en torno a Caja Madrid a las entidades de ahorro que se han quedado descolgadas de las anteriores integraciones.

La entidad que preside Rato negocia con Caja Insular de Canarias (que formaba parte del SIP que impulsaron CAI y Caja Rioja y que murió por inactividad antes de nacer), Caixa Laietana (que se negó a una fusión intrarregional en Cataluña), Caja de Ávila, Caja Segovia (que finalmente rechazaron su entrada en Banca Cívica) y Caja Rioja. Rato logra crear un grupo en el que sus socios juntos son seis veces más pequeños que Caja Madrid, lo que garantiza su control absoluto.
 
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