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El shock externo ya está aquí y Europa sin hacer los deberes

El ciclo bursátil siempre se adelanta al ciclo económico porque en los mercados compiten constantemente las expectativas de los agentes que intervienen. Las malas expectativas económicas se traducen en ventas de los activos de mayor riesgo y se produce una huida de capitales hacia activos considerados como seguros como puedan ser bonos de referencia como el bund alemán o commodities como el oro. Los mercados están cayendo fuertemente, y es que en los últimos años el experimento monetario de los bancos centrales ha generado burbujas por todo el mundo y ahora vienen las consecuencias.

En Estados Unidos se ha gestado una burbuja en su renta variable, liderada por sectores como la bitecnología o bien redes sociales. Pues bien, ya la podemos dar por pinchada, el  desde agosto del año pasado que marcó sus máximos históricos ha caído un 38%. Por su parte, el entorno de redes sociales vimos que por ejemplo este lunes Linkedin cayó un 43% y en un día perdió 9.000 millones en capitalización bursátil.  Asimismo, China sufre una burbuja inmobiliaria sin precedentes que ha impulsado su deuda privada hasta alcanzar el 200% de su PIB. Hay que estar bien atentos porque el escenario se parece mucho a Japón de principios de los años noventa y Japón lleva una decadencia de veinticinco años con medidas de estímulo que lo único que ha estimulado es su deuda pública hasta suponer el 245% de su PIB.

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Claramente vivimos un shock externo en el entorno financiero y Europa, para variar, no ha hecho los deberes… Tras la doble recesión, lo único que han hecho los estados europeos es seguir con su esquema de déficit continuado. El déficit no es un derecho es una obligación y este concepto aún no lo hemos aprendido. Como hemos repasado en este blog, tras la recesión en 2012, el año 2014 fue el segundo año de crecimiento con un incremento del PIB en la Unión Europea del 1,1%. En un momento de crecimiento económico, de los 28 países de la Unión Europea sólo cuatro tuvieron superávit presupuestario (Dinamarca, Alemania, Estonia y Luxemburgo). El resto de países en un momento de crecimiento económico, siguieron apuntalados en el déficit público. En este escenario, los mayores déficits públicos de la Unión Europea fueron para países como Chipre (-8,9%), Portugal (-7,2%), España (-5,9%), Bulgaria (-5,8%), Reino Unido (-5,7%), Croacia (-5,6%) y Eslovenia (5%). Si la deuda pública de la UE a principios de milenio suponía el 60%, en 2014 ya se había incrementado hasta el 86,8% del PIB europeo… En definitiva, el shock externo ya está aquí y no hemos hecho los deberes.

Con este entorno, es comprensible que aquellos países que tienen una elevada deuda pública o unos déficits públicos disparados sufran mayores tensiones financieras que les llevará a mayores dificultades para enfrentarse a los vencimientos de deuda periódicos y hacer por partida doble los recortes que no se atrevieron a hacer en los años anteriores. Por contra, países como Alemania se pueden beneficiar de este entorno de volatilidad en los mercados porque sus bonos son considerados como activo refugio, al ser considerados economías sólidas con gobiernos estables. Si el bund alemán cotizaba a un TIR del 0,70% en diciembre, al ser un imán en este «rio revuelto» ahora está cotizando al 0,229%. Otros activos refugio son el oro que en lo que va de año ha subido un 12%, los ETF’s vinculados a esta commodity han recibido fuertes entradas por valor de 268 millones de dólares.

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El escenario cambia mucho desde la óptica española… No hemos acometido los recortes oportunos desde 2008 por razones puramente políticas y se estima que en 2015 habremos cerrado con un déficit del 5,2% sobre el PIB y una deuda pública de prácticamente el 100 sobre PIB. Algunos siguen creyendo que tenemos un problema de ingresos públicos y no de gasto público, cuando tenemos un gasto público de niveles de burbuja pero no tenemos esos ingresos extraordinarios de la burbuja inmobiliaria y de obra civil. Además, para rizar más el rizo, el escenario político es de pura inestabilidad, no sólo no tenemos gobierno sino que por ahora un gobierno de concentración queda descartado, lo que añade más riesgo y más intereses en nuestra deuda.

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