Cuando alguien está muy obsesionado con algo, todo lo que le ocurre lo acaba relacionando con ello. Lo racional es esperar a saber las circunstancia que rodean un hecho antes de intentar explicarlo, sin embargo muchos tienen todas las conclusiones preparadas para todo lo que acontece y por eso se mete tanto la pata en las redes: desde aquel que echó las culpas a las compañías low cost de un accidente de aviación que en realidad fue causado por un piloto suicida, al que achaca a la exclusión social un atentado antes de saber que lo realizó un europeo de clase acomodada, pasando por el que deduce un (equivocado) acuerdo de los nacionalistas con el PP para la investidura porque acuerdan un reparto de puestos en la Mesa del Congreso. Hay una predisposición tal a pensar mal de unos y bien de otros y a que los hechos no puedan estropear la teoría que uno ya tiene preparada que da pereza hasta realizar análisis y confrontar datos porque a muchos les da igual: lo que no encaja en su concepción previa debe ser ignorado. Ni cien cifras bien medidas pueden vencer a un mito si éste está muy arraigado.
Y no es algo que pase sólo con los españoles de a pie o con temas políticos (tan proclives al apasionamiento), ocurre también con personalidades de todo el mundo y en temas incluso académicos. En el mundo de la economía estoy cansado de leer a gente que en 2008 pensé que eran grandes sabios y luego me he dado cuenta que son tan engreídos que no son capaces de aprender de las cosas que pasan y se empeñan en mantener sus teorías de entonces aunque el tiempo les haya quitado la razón. ¿De qué sirve la vida si no aprendemos de la experiencia? Ningún economista imaginó la situación actual hace 10 años y no está mal que ocurran cosas nuevas pero eso exige que todos nos reciclemos y adaptemos nuestros pensamientos. Cada día tengo más claro que no hay verdades absolutas y si lo que parecía más evidente (por ejemplo, que la política de los bancos centrales de inyectar tanta liquidez iba a provocar aumento del IPC) no ocurre, eso exige, al menos, no ser tan categórico. Pero no, al menos mediáticamente triunfa el que más radical es y más insiste en sus teorías por más que los hechos las hayan echado por tierra. Lacalle defendiendo que la electoralista rebaja del impuesto de sociedades del PP iba a aumentar la recaudación o Jose Carlos Díez alabando al gobierno japonés por realizar la política por la que él aboga en su libro, son dos ejemplos nacionales perfectos, de diferentes ideologías, de empecinamientos fatales: la bajada fue tan mala que no sólo se redujo la recaudación -y es en gran parte responsable del desvío del déficit- es que el propio PP la ha tenido que revertir; y en cuanto a Japón, a pesar de lo extremas –y peligrosas e imprevisibles- que son las políticas del BOJ, para nada ha cambiado la tendencia de su economía y además, es evidente que no son extrapolables a España, país sin capacidad para ese despliegue de política monetaria.
Pero da igual, la gente quiere rivalidad, quiere espectáculo… y quiere soluciones milagrosas que no existen en economía. Y mucho menos creyendo que con una política determinada de un gobierno o de un banco central basta para revertir una mala situación. Recordemos que ni el aumento del turismo ni del volumen de las exportaciones –claves del rebote de las cifras macro desde 2012- está directamente relacionado con la acción de los gestores políticos e incluso medidas que han ayudado, como la acción del BCE, han tardado años en notarse y tampoco estamos seguros que sus consecuencias no vayan a ser peores. Así que no sólo hay que ser prudentes a la hora de valorar lo que se hace, hay que ser muy pacientes porque nada cambia en poco tiempo e incluso cuando lo hace, tarda mucho en que la sociedad lo note. Por eso creo que hay que ser flexibles, no empecinarse en oponerse a lo que no encaja en nuestro esquema previo ni creerse que estamos en posesión de la verdad absoluta cuando es evidente que los hechos nos están quitando la razón.
Esa flexibilidad, que considero positiva en cualquier faceta de la vida, es fundamental para poder moverse en los mercados financieros. El que se empeña en que una acción tiene que subir aunque los cambios marquen lo contrario, está condenado. Algunos no recuperan lo invertido (y no hay que irse a ejemplos del pasado ni exóticos, por ejemplo los que compraron Banco Popular hace 18 meses) y otros aunque lo hagan, tardan años y además pierden muchas oportunidades de haber utilizado mejor ese dinero durante ese tiempo. Muchos aún no entienden que se participa en los mercados financieros para ganar dinero no para tener razón y es básico estar dispuesto a asumir errores y cortar pérdidas.
En cuanto a la actualidad, el viernes Wall Street tuvo una fuerte corrección y la noticia de la neumonía de Hillary Clinton no ayudó el lunes a la sesión europea pero esa tarde un miembro de la FED comentó sobre no subir los tipos y las bolsas norteamericanas casi recuperaron toda la caída del final de la pasada semana pero el martes volvieron las bajadas y ya no es el mismo ambiente alcista del comienzo de mes. Es decir, ha vuelto la volatilidad y el signo rojo como es habitual en cada Septiembre. De momento se cumple el guión. Y como es el mismo que dice que el último trimestre suele ser alcista tras pasar el bache del fin del verano/comienzos del otoño, no debería ser preocupante. Como imagen, el repunte del IPC en España que parece que, como estaba previsto, acabará con la deflación en este última parte del año
PD.- Por si a alguno os interesa, he sacado un libro de relatos que podéis comprar en papel o formato electrónico AQUÍ y si queréis leer gratis el primero de los relatos sólo tenéis que entrar en el link de la versión Kindle.
Links.-
- Informe mensual Septiembre La Caixa Research
- John Law
- El Gran Estancamiento del Ingreso by Laura Tyson and Anu Madgavkar
- Salvar a los refugiados para salvar a Europa by George Soros
- Los frutos más próximos de la lucha contra el cambio climático by Patricia Espinosa and Mario Molina
- Garantizar el futuro de la ONU by Kevin Rudd
- Al borde de una revolución de la IA by Marc Benioff
- La Internacional Iliberal by S?awomir Sierakowski
- Pertenecer o no pertenecer, esa es la cuestión
- BBVA Research: situación España 3er trimestre