Siempre hemos comentado por aquí aquella frase que dice que las estadísticas son como los bikinis; lo que muestran es sugerente, pero lo que esconden es vital. Lo mismo pasa con los datos, sobre todo cuando se establecen comparaciones entre ellos. En el intríngulis de la economía internacional, de las grandes cifras, hay que tener mucho cuidado al igualar unas cifras con otras: es un error comparar datos entre diferentes economías sin conocer ni la forma de recopilarlo en cada país ni las vicisitudes propias. Por ejemplo, con el tema de los salarios pasa mucho. El otro día leí una estadística por países europeos de la retribución del empleo público en relación al PIB y salen cifras interesantes pero algunas me parecían difíciles de creer: el país que peor paga a sus empleados públicos, según esa estadística, resulta que es Alemania. Pero claro, el motivo se podría encontrar en que los sueldos de los médicos, que suelen ser altos, no están incluidos en Alemania puesto que la gestión de la sanidad allí es privada. Es como cuando se hacen comparativas de salario entre Europa y los EUA, muchas veces no tienen sentido porque en muchos trabajos norteamericanos no está incluido el seguro médico luego no son comparables. Algo similar ocurre cuando salen cifras de salarios públicos y privados. Se dice que los públicos ganan más pero es que por ejemplo hay el doble de titulados en el sector público que en el privado y es normal que ese título les proporcione algún plus. Y a veces se comenta de los sueldos en países del Tercer Mundo como “de esclavos” cuando se desconoce el coste de la vida allí. Hay países donde 300€ al mes equivalen a 2000€ en Europa, no se puede considerar en números absolutos sino en poder adquisitivo.
Igual pasa cuando comparamos precios en el tiempo, el típico que compró un piso hace 50 años –periodo que se ha puesto de moda por el último bono emitido por España a ese plazo- y ahora lo vende y piensa que ha hecho un gran negocio sin tener en cuenta que en estas 5 décadas la inflación en España ha subido –según el IPC oficial, aquí tenéis el calculador delINE– un ¡2500%! Es decir, que con lo que comprábamos hace 50 años con mil euros hoy necesitaríamos 25 mil. Y si el que ha vendido la casa no ha recuperado mínimo ese poder adquisitivo en realidad ha perdido dinero. Como en España los precios inmobiliarios han subido mucho más el IPC seguro que no es el caso pero es un ejemplo, ejemplo que sirve para cualquier precio de cualquier cosa, sea de consumo (como el crudo o la cerveza) o de inversión como las acciones. Una acción que en 50 años no haya subido mínimo en neto un 2500% (incluyendo dividendos cobrados y descontando comisiones de mantenimiento e impuestos) ha hecho perder dinero al que las comprara. No es tan fácil, de ahí que el trabajo de un buen gestor de fondos de pensiones tenga mucho mérito. Más cuando en tanto tiempo es seguro que habrá crisis económicas, desplomes bursátiles, empresas desaparecidas, movimientos de divisas totalmente inesperados etc.
La inflación, tan deseada por nuestros políticos porque ayuda a pagar las deudas, desincentiva el ahorro e incentiva que los ahorradores tomen más riesgos. Por eso la situación actual de los mercados es tan atípica: los tipos de la deuda nos señalan que a largo plazo la inflación será muy baja, por ejemplo para no irnos al caso extremo alemán (0.14%), el bono a 10 años francés renta un 0.50% de rentabilidad. Muchos bancos que compran esa deuda lo hacen pensando en que el BCE se lo comprará a ellos un poco mejor pero aparte de ese factor, la compañía de seguros o el gestor de un fondo de pensiones que deba asegurar a sus clientes que batirá a la inflación, para no perder dinero comprando al 0.50% deberá tener claro que durante los próximos 10 años la inflación rondará el 0% o será negativa. Si eso es cierto, significa que la economía francesa estará bastante tocada la próxima década porque si no hay inflación durante tantos años (y no es algo temporal por la caída del crudo como se podría pensar de los últimos tiempos) será porque el consumo es bajo y las perspectivas de que vaya a mejorar también. Y si eso pasa, entonces las empresas francesas reducirán beneficios, no contratarán, el paro aumentará y el consumo bajará aún más etc. Es decir, no hay tampoco ningún motivo para comprar bolsa francesa.
Resumiendo, que quien crea que es buen negocio comprar deuda al 0.50% a diez años no debería invertir en bolsa porque está descontando una evolución económica mala. Y quien compra en bolsa pensando en que la economía mejorará deberá tener en cuenta que todos los que están invirtiendo en deuda a estos tipos perderán mucho dinero en cuanto eso ocurra y el IPC empiece a subir. Y como los grandes compradores son entidades financieras que pesan tanto en los índices bursátiles… la bolsa podría bajar aunque mejore la economía o incluso la mejora económica se podría ir al traste por culpa de una previsible crisis bancaria. Así de extraña es la situación actual como para pensar en inversiones de largo plazo en renta fija y variable (quizás por eso el oro se está volviendo a poner de moda). El riesgo de problemas en los bancos –no sólo por esto, por muchas razones más como comentamos no hace mucho– es algo que se puede comprobar en las cotizaciones incluso a 5 años vista (la línea roja es el Euro Stoxx 50, índice de las principales empresas eurozoneras, y la azul es la del sectorial bancario):
Si vamos al último año, a cierre del viernes pasado podemos ver los bancos que en ese periodo han perdido más de un 30% de su valor. Aunque algunos hayan pagado dividendos, es evidente que algo pasa, especialmente en las entidades españolas e italianas:
En lo referente a esta semana, el lunes Wall Street estuvo al alza ayudado por el rebote de Apple (en la que Buffet anunció que había invertido casi 10 millones de $) y eso bastó para que tras el medio festivo del lunes, las bolsas europeas se animaran el martes… apenas unas horas porque a media mañana volvieron las caídas. Llevamos varias sesiones así este mes: muchos movimientos intradiarios, subidas de un día que se pierden al día siguiente y la sensación de que el mercado no va a ninguna parte. El crudo ha roto máximos de 2016 y se acerca a la resistencia de los 50$ pero ya no se mueve en paralelo a la bolsa demostrando que las materias primas, como algunos predijimos, eran una mejor opción de inversión. La renta variable está más centrada en los problemas de los bancos y quizás del riesgo de Bréxit. Ni siquiera un sorprendentemente positivo dato de PIB japonés –el mejor dato de la semana- este miércoles animó las cotizaciones. La temporada de resultados ha sido mejor de lo esperado en los EUA pero no así en Europa aunque a las bolsas eurozoneras les debería beneficiar la caída, estas últimas sesiones, del €/$.
Links.
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