Servidor que tiene la desgracia/fortuna de ser autónomo, tiene la costumbre de ver algo la tele por las mañanas, mientras ojeo las webs habituales. Durante la crisis económica he observado un cambio de tendencia en la publicidad matutina y me ha sorprendido la vuelta de anuncios de créditos rápidos.
Cuando hablamos de créditos rápidos nos referimos a aquellas operaciones de financiación en las cuales el plazo de aprobación o denegación es muy breve, lejos de las esperas de los préstamos tradicionales, siendo incluso casi inmediatos cuando la solicitud se realiza de forma telefónica o de forma online. Eso sí, la información que hemos dado deberá de ser confirmada por la entidad en la documentación que nos pidan y les remitamos.
Pero está claro que el elemento diferenciador frente a otros préstamos es la rapidez con la que se conoce la respuesta. Es por este motivo que este tipo de créditos rápidos son más proclives para financiar algo que, por la premura o por lo inesperado, hace que necesitemos en un determinado momento una cantidad de dinero de la cual no disponemos pero que necesitamos con urgencia.
En ese sentido es lógico el pensar que la premura en la respuesta y la disponibilidad del dinero solicitado de forma rápida, deberá de poseer un coste superior que el de los préstamos tradicionales. Y en parte es verdad y en parte no. Depende mucho de la finalidad de la operación para que podamos decir si son operaciones más caras que otras.
- Los créditos rápidos pueden resultar interesantes si la cantidad solicitada no es muy grande y es por un problema de liquidez puntual, ya que eso significa que en poco tiempo lo cancelaremos lo que reducirá mucho la TAE que inicialmente nos van a cobrar.
- Para gastos puntuales y esporádicos, dependerá de la entidad escogida, pero no todas son caras como pudimos ver anteriormente.
- Si lo que se tiene es una urgencia, este tipo de productos pueden ayudarnos de forma inmediata, con independencia del coste que tengan, Nosotros ya seremos conscientes de que debemos de cancelarlo lo antes posible para no incurrir en costes elevados.
Siendo conscientes de para que se necesita el dinero, así como del plazo para devolverlo, estos créditos no tienen porque ser más caros que otros productos de financiación tradicional. Lo importante es tener claro que el dinero que pedimos lo tenemos que poder devolver y que lo pedimos para una finalidad con sentido. Pedir créditos rápidos para hacer frente a otros préstamos o hipotecas es el pasaporte seguro a la ruina financiera.