El cinturón de seguridad fue desarrollado como elemento de seguridad pasiva para aviones en la década de los 30. Su salto al automóvil no se produjo hasta veinte años después, cuando Ford decidió incluirlo como una opción de seguridad en sus vehículos en 1956. En esa misma época, Volvo tomó la determinación de montar en serie una evolución del cinturón de seguridad, de forma que cada unidad de su modelo Amazon incluyó en 1959 el cinturón de tres puntos desarrollado por Nils Bohlin. Los suecos decidieron liberar la patente para que el resto de marcas pudieran aumentar la seguridad de los viajeros implementando sus automóviles con su cinturón.
Eso nos cuenta Muy Interesante sobre este invento que evita unas 100.000 muertes al año. Todos estaremos deacuerdo en que el cinturón de seguridad ha salvado millones de vidas y sin duda ha sido uno de los mejores inventos de la industria automovilística.
Todos no.
El otro día, en la revista Time publicaban un artículo titulado “El coste oculto del cinturón de seguridad” que iba en una dirección contraria y se basaba en el estudio que John Adams, experto en riesgos y profesor del University College de Londres, había hecho basándose en los datos de los ultimos 25 años. La conclusión es chocante, contrariamente a la sabiduría convencional, el uso obligatorio de cinturones de seguridad en 18 países aumentó el número de muertes por accidentes de tráfico.
¿Cómo puede ser eso? La interpretación de Adams de los datos se basa en la noción de compensación del riesgo, la idea de que los individuos tienden a ajustar su comportamiento en respuesta a lo que ellos perciben como cambios en el nivel de riesgo. Dicho de otra manera, si tu coche es muy seguro (o al menos eso es lo que percibes) tu comportamiento será más arriesgado. Por ejemplo, si montas en bici por la ciudad, tu comportamiento será extraordinariamente cauteloso porque sabes que cualquier fallo se paga muy caro. En el caso extremo ¿ Cómo podría afectar el comportamiento de los conductores si tuviesen una estaca afilada en el centro del volante? ¿Y si en vez de parachoques tuviese explosivos?
Este comportamiento lo tenemos en todas las facetas de la vida, a mas seguridad percibida más riesgo, aunque cada individuo tiene su propio nivel de comodidad interna.Algunos son atrevidos, mientras que otros son cautelosos por naturaleza.
Creo que una de las causas de esta crisis ha sido precisamente este binomio riesgo/seguridad en la que muchos han arriesgado el dinero mientras ellos tenían 20 airbags (en España las cajas y los políticos son el mejor ejemplo aunqueno el exclusivo). Volvemos otra vez a un tema que ya hemos comentado por aquí varias veces (Zanahorias sin palos) y que es algo que quema a la opinión pública. La impunidad de los culpables, tanto penal como política y económicamente. Ayer sin ir más lejos conocimos el escándalo y dimisión en Dinamarca tras conocerse que Eurovisión 2014 costó cuatro veces más de lo previsto. ¿Os imagináis algo así aquí?.
Volviendo al estudio con el que comenzamos el artículo la sensación de seguridad en el automóvil tiene un perverso efecto y es que afecta negativamente a terceros que pueden ser víctimas de las imprudencias, como los peatones y motoristas. Y eso es lo que nos ha pasado a los ciudadanos, que nos han atropellado sin tener culpa de nada.