Las entidades financieras están en continua búsqueda de pasivo y aunque captar dinero no es fácil, la tarea se complica más cuando se trata de imposiciones elevadas, como es frecuente en muchos depósitos bancarios.
Por ello, bancos y cajas al igual que cualquier empresa, han tenido que reinventarse en época de crisis no solo como mecanismo de autodefensa para sobrevivir, sino también para sacar el mayor provecho posible del mercado. La banca ha encontrado en las nóminas y el resto de tipologías de ingresos recurrentes (pensiones, ingresos de autónomos, prestaciones por desempleo) un mercado potencial del que se pueden sacar grandes beneficios. Las cuentas nómina tienen como objetivo atraer las fuentes periódicas de ingresos de trabajadores, desempleados y pensionistas, que tienen la ventaja de dotar de estabilidad al pasivo de las entidades financieras.
Está claro que para los bancos puede ser fácil captar dinero de los ingresos recurrentes dado el volumen de público objetivo existente. Además, para el cliente es más sencillo tomar la decisión de domiciliar un pago periódico en una entidad que, por ejemplo, depositar los ahorros de toda su vida en un plazo fijo.
Una muestra de ello es Banco Popular, que en 2011 consiguió sumar 21.000 nuevos clientes en tan sólo dos meses con un total de 50.000 nuevas nóminas, es decir, el 22,5% más de su cartera neta total respecto a la 2010.
¿Qué es una cuenta nómina?