Las empresas no son de sus propietarios

por Pau A. Monserrat

Rotunda afirmación, pensará la mayoría. Una estupidez anarquista o comunista, otros. Y aceptaría de buen grado cualquiera de ambas críticas.

En los matices está la verdad, pienso yo. Intentaré matizar y argumentar mi afirmación para hacerla más cercana a la realidad. Pero antes de matizar me rafirmo: las empresas no son de sus accionistas y, mucho menos, de sus administradores. Al menos no sólo de ellos.

Estamos pasando por una crisis financiera, productiva y, también, de valores sociales y empresariales. Y de las crisis se sale reforzado o se sale malherido.

Valores empresariales

Antes de seguir deberíamos concretar de qué hablamos cuando tratamos el concepto de valores empresariales.

No me refiero a la vetusta concepción paternalista del empleador y los empleados del sindicato vertical de antaño. Los empresarios buscan maximizar sus beneficios, ya que han arriesgado su capital, y los trabajadores que se les remunere lo mejor posible. Y nada malo hay en ello.

Pero no seamos ilusos, con maximizar la remuneración del capital o el trabajo no se obtiene una economía competitiva. Hay muchos matices que determinan el éxito o fracaso de un país. En un entorno económico donde los intangibles aportan la mayor parte del valor añadido del producto o servicio de las empresas y negocios, los valores importan. Y mucho.

Cuando hablo de valores empresariales, por tanto, me refiero al conjunto de reglas sociales, acuerdos tácitos, vínculos, emociones, compromisos y creencias compartidas que se producen en el seno de una empresa. En definitiva, y simplificando, el respeto mutuo entre los integrantes de una organización económica privada.

Los valores no dan de comer

Con esta máxima uno podría atacar directamente mi discurso: los valores forman parte de la esfera privada de cada uno y no tienen cabida en el ámbito empresarial, se podría argumentar en mi contra.

Lo siento pero creo que los valores sí dan de comer. Las relaciones entre personas de la empresa generan beneficios o pérdidas, ya que influyen en su motivación, en su productividad, en el mensaje que transmiten al resto de la sociedad, a sus clientes, a sus proveedores y al resto de organizaciones que influyen en la empresa.

Tratar mal a un compañero de trabajo, sea uno su superior jerárquico o su inferior, genera pérdidas empresariales. Las corporaciones sin valores empresariales acordes con la sociedad que les rodea desmotivan a su gente; los empleados, mandos intermedios y directivos no se sacrifican por su empresa, hay mayor rotación, no se potencia la innovación ni la creatividad, no se aportan mejoras en los procesos y se hacen las cosas para no tener problemas.

Un cáncer que corroe el negocio por dentro y por fuera (los que abandonan la nave suelen hablar mal de nosotros y los que la tratan suelen percibir la falta de valores en el resultado) y que genera pérdidas cuantificables.

Las empresas no son sólo de sus propietarios

Si queremos una economía en que se valore al emprendedor (empresario o empleado), en que la gente aporte valor a las empresas por encima de cumplir con su horario laboral, deberemos rediseñar la empresa del futuro. La mayoría de empresas que he conocido vivían ancladas en la época industrial. El “mando y ordeno” resultante de creerse propietario único de la empresa.

Las empresas gestionadas bajo criterios industriales en una época post-industrial tienden a desaparecer. Las entidades financieras, actividad que he conocido brevemente por dentro, son un ejemplo paradigmático: muchos recursos gestionados sin apenas valores empresariales auténticos. Lo pensaba hace más de diez años cuando las cosas les iban muy bien y lo pienso ahora que muchas habrían quebrado si no fuera por la ayuda pública.

El tejido empresarial existe no sólo porque el empresario maximice su beneficio, el entorno social y político influye notablemente en éste. Y actualmente diría que lo que piensa el mundo de una empresa influye en ella, dada la capacidad de comunicación que da la Red.

El propietario ha arriesgado sus recursos (no siempre, que los hay que arriesgan los recursos ajenos), pero los empleados arriesgan su futuro laboral trabajando para él. Y los bancos arriesgan su dinero financiando el proyecto, y los gobiernos influyen en su mercado mediante sus regulaciones. Y los clientes arriegan su dinero en productos y servicios que no conoce perfectamente.

Dado que en el emprendimiento todos asumimos riesgos, es lógico que todos debamos recibir beneficios. El discurso es muy antiguo, pero seguimos igual que siempre. Y espero que con una crisis económica como la que vivimos las sociedades exijamos a las empresas unos valores empresariales que justifiquen su mantenimiento.

Los recursos dedicados a una empresa no salen sólo de sus propietarios. Las empresas son también de sus trabajadores, de sus proveedores y de sus clientes. Y del conjunto de la sociedad. Y la época del “mando y ordeno” debería dejarse atrás si queremos una economía rica y enriquecedora.

24 comentarios

AlcidesRC 16 mayo 2011 - 4:11 PM

Interesante reflexión, que más de uno debería de analizar en todos sus aspectos.

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POM 16 mayo 2011 - 4:34 PM

Buen comentario pero la mentalidad empresarial (en global, no desestimo que los haya de los otros) no está preparada para esto.  Se fijan más en los nuevos ricos de economías emergentes donde los derechos y la vida de sus trabajadores no cuenta más que para que sean herramientas productivas, en sus benefícios particulares y poca cosa más.  Aquí la principal intención de muchos es tener un cochazo y un nivel de vida que les haga destacar.  Y no se puede destacar si el populacho vive un poco bien.   Lo peor es que el modelo de muchos trabajadores que se han hecho empresarios durante el boom de la construcción ha sido el mismo.

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efe 16 mayo 2011 - 4:53 PM

Ni las empresas no son de sus propietarios ni los países de sus ciudadanos… como está el mundo.

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Anónimo 16 mayo 2011 - 5:17 PM

Tampoco podemos esperar mucho de un instrumento creado por humanos y dirigido por humanos. Tanto empresa como estado siempre va a estar tirando para el mismo lado, el suyo.

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Maño H20 16 mayo 2011 - 5:28 PM

De ahí que en todo buen manual del perfecto empresario, del perfecto gerente y del perfecto responsable de recursos humanos se diga aquello de que “los trabajadores son el principal activo de cualquier empresa” y se nos hable tanto de los “valores”, no solo empresariales.
 
Pero insisto, eso lo dicen los manuales. Luego llegamos a la realidad…..y otro gallo nos canta. El gallo del egoísmo, el gallo de la envidia, el gallo de la avaricia, el gallo del trepa, el gallo de la jerarquía, el gallo del jefe…..en fin, gallos desprovistos de valores de cualquier clase.
 
Y claro, son demasiados gallos para ese gallinero que es una empresa.
 
Porque como dijo Gayo (este con “Y”, pues me refiero al cronista romano Gayo Julio Fredo):
 
“Los hombres resisten a las leyes, pero ceden a los beneficios”
 
Y esto lo dijo antes de los tiempos de Cristo. Si en la empresa no hubiera humanos….otro gallo nos cantaría.
 
Buen artículo.

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Luis 16 mayo 2011 - 5:37 PM

 # 5, Maño H20

Me has recordado a aquel famoso directivo de VW “Superlopez” con lo de “Los señores trabajadores”

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Carlos Lopez 16 mayo 2011 - 5:38 PM

Doy la rebienvenida a Pau, que si bien nunca se fue de euribor.com.es a partir de ahora escribirá con mucha más frecuencia por las tardes.

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nari 16 mayo 2011 - 5:39 PM

Se puede decir mas alto, pero no mas claro. El ejemplo de algunas empresas es prueba irrefutable de ello. Pero nuestro carácter es la comparación total con nuestro semejante, para intentar estar por encima de él o aparentarlo, tanto a nivel empresario como empleado. Culto que se puede recibir en cualquier bar, tertulia radiofónica o programa televisivo, incluyendo, por supuesto los discursos de la nuestra clase política.

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Pau A. Monserra 16 mayo 2011 - 5:51 PM

Gracias Carlos López y demás comentaristas. Para mi es un placer y un honor poder dar mi humilde punto de vista en este blog de referencia económica.

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Anónimo 16 mayo 2011 - 6:22 PM

Lástima que el capitalismo, al igual que la democracia son dos sistemas muy malos… pero los mejores que hemos encontrado hasta el momento.

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Anónimo 16 mayo 2011 - 6:33 PM

¿Hasta que punto creeis que la perdida de creencias religiosas en occidente nos puede estar llevando a esta situación?

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Droblo 16 mayo 2011 - 6:33 PM

Lista CMA de posibilidades de impago en la €zona, 6 peores:
Grecia 64.12%-
Irlanda 39.95–
Portugal 39.71–
España17.81–
Italia 11.48–
Bélgica 10.43%

han mejorado mucho todos los 3 últimos días

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Ktulu 16 mayo 2011 - 6:47 PM

Como siempre llego tarde, sobre le tema de ir o no ir a votar. Yo no voy a ir (o votaré a Bob Esponja).
 
El otro día un compañero de curro me dice pero… ¿porque no vas a votar?, le contesté lo siguiente:
1.- Desconcozco a quien voto, no se si es un delincuente, lo mas probable. Solamente he conocido dos políticos a los que votaría, porque se quienes eran, ambos se retiraron de la política asqueados.
2.- No he oído a ningún político pedir disculpas y estoy harto de oir casos de corrupción por todas partes y la respuesta de los políticos es y tu mas o el silencio mas deleznable ante acciones injustificables. la justicia está mangoneada por el que estuve el que está y el que venga…
3.- Con la que está cayendo se han gastado en publicidad lo que le niegan a Cáriras por ejemplo…
4.- No cumplen lo que prometen. Tomadura de pelo.
5.- Se insultan antes y pactan cinco minutos después. Tomadura de pelo 2.
6.- 30 años de democracia y 30 años de dictadura partidista. ¿Donde están las listas abiertas?
Sobre el comentario de que debemos votar porque por ello lucharon nuestros padres, abuelos, etc…, yo opino que nuestro antepasados se avergonzarían de respaldar con votos a ésta gentuza ( y hablo de forma general)
Me parece que la abstención es la única forma de dejar patente una protesta. Hay millones de zombies que van a votar al partido de toda la vida. Para mí un éxito sería una participación ínfima. Así a algunos les quedaría claro que a ésta gente, y hablo de los políticos y acólitos, se la trae al pairo en tal de ganar, aunque sepan que la mayoría del país les de la espalda…
 
POR TODO ELLO, NO CON MI VOTO.

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Anónimo 16 mayo 2011 - 6:57 PM

Hay un punto de desconexión en lo que dice el artículo.
Parece hacer ver que hay una correlación entre el entendimiento entre las partes y el exito de la empresa. Pero hay que contemplar que cuando una empresa es pequeña tiene unos problemas y cuando es grande tiene otros. En una empresa grande hay que contentar a mucha gente, pero a cambio los beneficios suelen ser grandes y es facil reinvertir unos beneficios que “no son de nadie sino del viento” (como diría algún iluminado), quiero decir que son de unos accionistas, en su mayor parte anónimos, que rara vez participan en la gestión, salvo los pocos que participan directamente en el Consejo de Administración.
Se cuenta con más recursos para ese entendimiento en una empresa grande que en una pequeña. El problema es que una empresa no es grande o no es pequeña por ese entendimiento entre las partes, esa motivación, etc. sino que viene a menudo antepuesta o es el resultado de otros factores. Que tiene su influencia es indudable. Que el coste de esa influencia de un rendimiento final positivo no queda siempre tan claro. Habrá que ver el tipo de empresa (sector industrial o comercial, problemática sectorial o incluso geográfica, y otros parámetros) para valorar que influencia tiene el buen entendimiento de las partes.

Pero una empresa grande puede dar mucho más a mucho menor coste (promediado) que una pequeña. Por ejemplo, una empresa grande puede poner una guardería para los hijos de sus empleados. Una pequeña no.

Aquí viene aquello de ¿que fue antes, el huevo o la gallina?
O traducido, que es antes, una empresa exitosa (grande) que favorece a sus empleados o una empresa que sin serlo que tiene que hacerse exitosa (grande) a costa de esos empleados.

¿Como se van a reinvertir en la empresa unos beneficios económicos si una gran parte de esos beneficios se destinan a tener “más contentos” a los trabajadores?

Soy partidario del buen trato, pero al final la motivación (ahí están los sindicatos) siempre es económica.

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Copero 16 mayo 2011 - 7:28 PM

Vaya, y yo que ya considero suficiente beneficio el tener mi nómina ingresada a final de mes sin tener que comerme la cabeza sobre cosas como ¿de dónde sale el dinero?¿quién paga mis cotizaciones?¿quién hace que entre gente por mi puerta?¿quién me cubre cuando me voy un par de semanas de vacaciones? y cosas así…
Simplemente llego a mi trabajo, lo cumplo y me voy y el resto debe ser mágico porque se hace sólo y está todo preparadito para cuando vuelvo al día siguiente.
Pero bueno, si me da por pensar que mi jefe es un zote, que no tiene ni idea, que me putea de mala manera, que se hace rico a mi costa y que su puesto es un chollo, al menos sé que puedo abrir un negocio de lo mismo y comprobaré si de verdad todo eso ya que soy mejor y me lo merezco y ganaré mucho más…
Un cordial saludo.

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Ktulu 16 mayo 2011 - 7:35 PM

Al menos aquí en España, es regla general que cuanto mas beneficios tengan los trabajadores mas probabilidades de que la empresa se vaya a pique.
 
Me explico. Por un lado si el dueño de la empresa pretende trabajar con empleados contentos y bien remunerados (empresario corderito), se enontrará con otro que pagará una porquería pero que sabe donde destinar el dinero que se ahorra (empresario zorro). El empresario zorro paga bien a los que les pueda reportar beneficios rápidos incluso rayando la legalidad.
 
Si el empresario comparte los beneficios con sus trabajadores y éstos se sienten partícipes de la empresa, entonces si que la cosa funciona… Pero de éstas hay muy muy pocas.
 
Si el empresario se comporta como un corderito con sus trabjadores no faltarán los que suban a la chepa, bajas por aquí, voy a recoger al niño, se mi hizo tarde… Sobre ésto un caso que me contaron el otro día, un empresario que tiene una tienda de muebles y que ve que la cosa está como está. Pues bien, tiene dos carpinteros de 50 largos y decide echar a uno de ellos (al mas malo por supuesto que ya llevaba tiempo tocando las narices), bueno el que se va se lleva dos años de paro, una pasta de finiquito (con la que posiblemente monte su soñada carpintería). Se queda con el otro, un trabajador honesto, que se queda en la empresa con un recorte en el salario por el tema de la crisis….
 
 
 

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_Xavi_ 16 mayo 2011 - 7:40 PM

Ya la recomendé otra vez que salió el tema, Hay una peli que se llama Casual Day, es cine en español, y te puedes reir mucho si no sufres nada de lo que explica la pelicula, y ya se sabe que la realidad siempre supera a la ficción…

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Ktulu 16 mayo 2011 - 8:19 PM

Ahora por ver una noticia sobre Eurovisión, me surge la duda ¿No es mas democrático Eurovisión que las elecciones?… entonces… ¿Porque no organizar las elecciones tipo Eurovision?. Venga:
 
Se coge un sábado, se sortea el orden de aparición, todos los participantes cuentan con el mismo tiempo (5 minutos) para desarrollar sus ideas (si les sobra tiempo pueden hacer unos malabares o algo), al día siguiente se vota y punto. Eso sí se prohíbe repartir bocatas y banderitas para comprar votos.
 
Nos ahorramos, toda la pasta que se gastan en precampaña y campaña, retoques de phosotshop, los telediarios oyendo la misma bazofia y seguro que nos descojonamxs con algún friqui desafinando cosas como el dinero no es de nadie.
 
La fórmula parece que funciona ya que en Eurovisión, al contrario que en la política Española, suele ganar el talento (como Abba) y raramente  friquis tipo chikilicuatre como ZP o Rajoy.

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josedark 16 mayo 2011 - 8:40 PM

Efectivamente, las empresas no son de sus propietarios, sino de aquellos que las controlan:
 
Gripe A >> ¿Farmaceuticas?
Precio de la Gasolina >> ¿Repsol, Cepsa, etc…?
Precio de alimentos >> ¿grandes superficies, y el agricultor el que menos cobra?
Precio de la LUZ >> ¿Iberdrola, Endesa, etc…?
 
¿quien contrala esas empresas? ¿Gobierno, partidos politicos, ‘amiguitos’, entre ellas pactan precios o acciones ????, … pensad por un momento y leer bien el articulo.

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Fali 16 mayo 2011 - 8:47 PM

Me ha gustado la idea de unas elecciones tipo eurovision,
donde se vote con un mensajito de texto al numero tal y cual con el nombre de tu politico favorito.
 
Saldria baratisimo y nos ibamos a ahorrar mucho dinero tambien en las personas que se encargan de vigilar las mesas electorales.
 
Tambien seria interesante que el politico que no cumpla con sus promesas fuera a la carcel por incumplimiento de contrato, para compensar de alguna forma a los que confiaron en el.
 

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xesco 17 mayo 2011 - 11:39 AM

En breves semanas debutaré como empresario y con varias personas a mi cuenta y no puedo estar más de acuerdo con el artículo. No se si soy un iluso pero creo mucho en la implicación del personal en una empresa y en mi caso concreto, es evidente que si hay pérdidas, esas me las comeré yo sólo pero si hay beneficios tengo claro que haré todo lo que pueda para que parte de ellos lleguen a mis empleados y puedan sentirse partícipes, aunque sólo sea un poquito de la empresa.

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Droblo 17 mayo 2011 - 12:03 PM

# 21, xesco
ánimo y que tengas mucha suerte

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Xesco 17 mayo 2011 - 12:24 PM

Muchas gracias Droblo,

No es fácil invertir todo el capital ahorrado en muchos años de trabajo duro en la ilusión de abrir un negocio propio y más con una crisis como la actual, pero yo siempre he sido una “rara avis” en un país en que la gran mayoría de la población quiere ser funcionario pues yo siempre he querido tener negocio propio y este era el momento. De todas formas hablamos de un negocio modesto (una franquicia de moda) pero con seguramente cinco empleados a mi cargo y en un momento como el actual, para mi eso es una responsabilidad añadida.

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Pau A. Monserrat 17 mayo 2011 - 7:08 PM

Xesco,

Ánimo en tu proyecto! En España necesitamos empresarios con ganas de trabajar, de crear riqueza, de disfrutar creándola y de compartir esfuerzos y beneficios con su personal. Los carcamales, mejor se van jubilando (o reciclando, que la jubilación cada vez está más lejana).

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